Por: Armando Martí
En cada sesión se pretende focalizar la atención del asesorado, y utilizando la sugestión puede superar dolores, inhibiciones, complejos, adicciones, temores y fobias. La hipnosis se ha reivindicado socialmente, al dejar atrás su asociación con los poderes mágicos y la charlatanería.
Actualmente es aceptada por médicos, psiquiatras, psicólogos y psicoterapeutas, quienes usan esta técnica para reprogramar y modificar la forma en que el cerebro interpreta las experiencias cotidianas, produciendo dicho cambio en sus pacientes, especialmente en el comportamiento y acciones positivas. Con la sugestión y relajación física, se puede inducir a estados similares al sueño.
El paciente que no está ni completamente dormido ni completamente despierto, permite en esta condición examinar los registros traumáticos, así como también sus pensamientos y hábitos más negativos, facilitando la reintegración y comprensión de experiencias pasadas, que bloquean la buena calidad de su vida.
Al terminar las sesiones, se refuerzan los hábitos positivos con sugestiones post hipnóticas con finalidades exclusivamente terapéuticas. Actualmente el software Trascendez/Q, contiene una pantalla llamada: ´´hipno-cybertrónica´´ es decir ´´hipno´´ (sueño inducido), ´´cyber´´ (plataforma cibernética) y ´´trónica´´ (medios electrónicos como los equipos de sonido y televisión LED para su aplicación), que logra realizar visualizaciones y sugestiones, especialmente dirigidas a la energía y frecuencias bioeléctricas y celulares, al igual que a otras zonas del cuerpo, inclusive a tejidos celulares. Esta pantalla está aún en etapa experimental, pero el grupo control está compuesto por más de 500 asesorados, que registran exitosas recuperaciones en sus tratamientos.
De esta forma, la hipnoterapia y la reprogramación mental, ayudan a una reingeniería de actitud constructiva ante sus metas y objetivos. Esta terapia ofrece muchas formas de aplicaciones para el beneficio de los asesorados, como por ejemplo: contribuye al control del estrés, la ansiedad, el dolor, los malestares físicos y a subir las defensas del organismo. Igualmente, es eficaz en los hábitos adictivos como el tabaco, la glotonería, el consumo de sustancias psicotrópicas (marihuana, cocaína, alcohol y fármacos), así mismo los problemas de intestino lento y colon irritable.
La autohipnosis y la reprogramación mental, pueden ser enseñadas a las personas para aumentar su confianza y autoestima, quitando la timidez, represión sexual y el miedo a circunstancias de la vida cotidiana. La hipnoterapia es un proceso interactivo entre el terapeuta y el asesorado, debido a que, es una habilidad que va adquirir con entrenamiento, el paciente no puede ser un participante pasivo, pues es un ejercicio que se debe practicar, para aumentar el progreso del tratamiento.
Durante la sesión hipnótica, jamás se pierde el control de sí mismo. Sus efectos son el fruto de la cooperación de la mente y la imaginación del paciente, quien decide si quiere o no colaborar con las sugestiones terapéuticas. La hipnosis aplicada como técnica por parte de un profesional calificado, no tiene efectos colaterales ni contraindicaciones conocidas, a excepción de las personas con enfermedades como la esquizofrenia, la disminución mental y el déficit de atención generalizada.
Al terminar las sesiones, se refuerzan los hábitos positivos con sugestiones post hipnóticas con finalidades exclusivamente terapéuticas. Actualmente el software Trascendez/Q, contiene una pantalla llamada: ´´hipno-cybertrónica´´ es decir ´´hipno´´ (sueño inducido), ´´cyber´´ (plataforma cibernética) y ´´trónica´´ (medios electrónicos como los equipos de sonido y televisión LED para su aplicación), que logra realizar visualizaciones y sugestiones, especialmente dirigidas a la energía y frecuencias bioeléctricas y celulares, al igual que a otras zonas del cuerpo, inclusive a tejidos celulares. Esta pantalla está aún en etapa experimental, pero el grupo control está compuesto por más de 500 asesorados, que registran exitosas recuperaciones en sus tratamientos.
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