Por: Armando Martí - @armandomarti1
Miembro de la SIP (Sociedad Interamericana de Prensa) y Miembro de la ACP (Asociación Colombiana de Periodistas)
En el mes de julio del 2012 en Pasto – Nariño, el pastor de la Iglesia Evangélica Salem, Álvaro Gámez Torres fue denunciado por acto sexual en persona con incapacidad de resistir, en sus feligresas la mayoría menores de 30 años. Por medio de su carisma y poder, junto con la palabra de Dios poco a poco fue inculcando en sus fieles “rituales personalizados“ como despedirse de beso en la boca y “mandamientos de obediencia total´´. Métodos y manipulaciones con las cuales aparentemente, lograba que las devotas tuvieran relaciones sexuales con él, pues siendo un elegido de Dios “ tenían que obedecer todo lo ordenado, de lo contrario serían castigadas“.
Actualmente se adelanta el proceso en su contra, quedando inicialmente en libertad por presentar inconsistencias legales en la orden de captura y por la gestión jurídica del abogado Abelardo De la Espriella, quien alegó consentimiento mutuo entre su cliente y las mujeres demandantes. Posteriormente el abogado de la Espriella desistió de esta defensa, pues el pastor Gámez también había abusado presuntamente a menores de edad.
Sin embargo, el juez 41 penal del circuito de Bogotá, ordenó su detención inmediata por considerarlo un peligro para la sociedad, pero el pastor Gámez no estaba en Colombia sino en Honduras, donde fue capturado en una lujosa casa hace pocos días, gracias a la orden roja de la INTERPOL. El pastor Gámez pretendía vivificar su iglesia cristiana en ese país.
Con este panorama desolador e inmoral, se hace necesario una profunda reflexión preguntándose ¿Existe alguna manera de prevenir la tentación sexual, los pensamientos lujuriosos y el deseo carnal, hacia algunos miembros de la comunidad cristiana y los feligreses por parte de sus líderes espirituales? ¿Qué lleva a estas personas representantes de Dios en la Tierra, a abusar de su poder y estatus social, para dar rienda suelta a sus represiones y perversiones libidinosas?
Para contestar a estas inquietudes, contacté a Randy Alcorn, un reconocido pastor norteamericano, escritor, fundador y director del Ministerio de la Eterna Perspectiva, un ministerio sin ánimo de lucro dedicado a enseñar los principios de la palabra de Dios.
Alcorn tiene una maestría en Estudios Bíblicos de la Universidad de Multnomah y un Doctorado Honorario en el Western Seminary en Portland, Oregon. Es un escritor best seller del New York Times, con más de cuarenta libros publicados y traducidos a treinta idiomas.
Después de enterar a esa comunidad, sobre los escandalosos casos ocurridos en Colombia, Katherine su asistente personal nos recomendó para su difusión y consejería pública, uno de los libros escritos por el pastor Alcorn llamado:TENTACIÓN SEXUAL ¿Cómo Pueden los Trabajadores Cristianos Ganar la Batalla? En esta obra, se explica claramente los principales pasos para que los hombres líderes espirituales de las comunidades cristianas, puedan superar los peligros de la sexualidad desbordada en ellos mismos, que generan tanto daño en la imagen pública y en la fe de los seguidores cristianos.
1. Es importante tomar tiempo para cultivar la vida interna, bien sea a través de la oración o meditación, ya que un horario pesado y constantes actividades, van desgastando el alma. La fatiga mental y física, nos desorientan confundiéndonos en gran medida, sin dejar ver realmente que nos está sucediendo.
Los espacios consigo mismo, son fundamentales para leer la Biblia, un buen libro, hacer ejercicio, escuchar música, relajarse con la esposa, en fin tantas cosas sin la presión del tiempo en la mente. Dios no solamente da espacios para adorar y trabajar, también da tiempo para encontrar paz y tranquilidad, porque el exceso de trabajo puede desbordar los instintos sexuales.
2. Cuide su mente.
El pecado sexual nunca llega de la nada. Frecuentemente es el resultado de un largo proceso por el cual una mente susceptible al pecado, se abre a la entrada de lo inmoral. Recuerde: “siembra un pensamiento, recoge una acción. Siembra carácter, recoge un destino.”
Nuestros pensamientos son la tela en donde tejemos nuestro carácter y destino. El deber no es resistir sino huir de las tentaciones sexuales con una verdadera determinación, superando la influencia de una sociedad totalmente sexual.
3. Tome precauciones cuando empiece a ocultar cosas y a mentirse a sí mismo.
Pregúntese usted, ¿espera con ansia y en forma especial las citas con cierta persona? ¿Llega a cancelar citas con otras personas por ir a reunirse con esa persona? ¿Prefiere que sus compañeros de trabajo, no sepan que se está reuniendo con ella? o ¿Se siente adulado cuando lo ven con ella en público? ¿Le está empezando a `gustar`como mira, huele, habla, se viste y mueve ella? Cualquiera de estas cosas, pueden ser señales de advertencia de que hay una relación no apropiada.
4. Discerniendo las señales sutiles de la atracción.
Debemos desarrollar un sistema para averiguar y encontrar el peligro moral, antes de encontrarnos profundamente arraigados en él. Recuerde: una relación puede ser sexual mucho antes de convertirse en erótica. Solamente por el hecho, de que no estoy tocando a una mujer, o porque no estoy haciendo fantasías de encuentros eróticos con ella, no quiere decir, que no estoy involucrado sexualmente con ella.
Frecuentemente, justificamos nuestros “pequeños coqueteos” con el pecado, en una base racional y espiritual. El mal uso de las Santas Escrituras, violando todas las reglas de la sabiduría y del sentido común, nos muestran que tan increíblemente oscurecidos y confusos se pueden poner nuestros pensamientos, y la necesidad de un consejo justo y sabio de los demás.
6. Anticipe y prevenga las tentaciones sexuales.
En los momentos de fortaleza, haga decisiones acerca de lo que le ayudará a evitar la tentación en momentos de debilidad. Solo anticipando la tentación y escogiendo evitarla, es la clave para cumplir con el contrato de la pureza.
7. Cultive y guarde su matrimonio y amistad con Dios.
Compré libros, películas, vídeos y seminarios, enfocados entorno a cómo mejorar su relación matrimonial, pues generalmente podemos estar llenos de resentimiento, aburrimiento o dolor, haciéndonos más vulnerables a la intriga y emoción por una persona nueva. La respuesta, sin embargo, no es una persona nueva, sino una nueva apreciación de la persona “vieja”. El aburrimiento se puede sobreponer, y la atracción puede ser renovada.
8. Sea honesto.
La lujuria crece en la oscuridad. Nada apaga la lujuria tan efectivamente, como el sacarla a la luz y dejarla expuesta. La comunicación honesta entre marido y mujer, entre usted y Dios, harán que sean aliados y no adversarios. Aunque con frecuencia, existe el dolor inicial al discutir las tentaciones sexuales, siempre hay algo de descanso inmediato al decir la verdad.
9. El diálogo.
Comunique a los miembros más cercanos de la comunidad, cómo va su vida es decir en que punto se encuentra espiritualmente y moralmente, para que puedan orar por usted y pedir por sus conflictos internos, solo así se logran sobrepasar las tentaciones mundanas.
10. Sea rápido para confesar y arrepentirse.
Debemos mantener las cuentas claras con Dios. Cuando pecamos, debemos confesarlo inmediatamente. De lo contrario, vamos a quedar desensibilizados al pecado y así nosotros podremos ir un paso más adelante la próxima vez, antes de que nuestra conciencia ponga objeciones y nuestras acciones irremediablemente nos condenen públicamente.
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