Por: Armando Martí - @armandomarti1
En la última semana, en Bogotá el fútbol
pasó de ser uno de los deportes que convocaba a la gente alrededor del estadio
para apoyar a su equipo, a ser el catalizador para incitar la violencia e
intolerancia entre las personas. En menos de 72 horas fueron asesinados dos
jóvenes entre ellos Carlos Andrés Medellín León de 19 años y hincha del
Atlético Nacional, que fue apuñalado dentro de la estación Ricaurte de
Transmilenio, por seguidores que vestían camisetas del equipo de Millonarios.
Minutos después, en el barrio La Cañiza de
Suba Carlos Javier Rodríguez de 22 años y también hincha del Nacional, fue
apuñalado por un hombre que al parecer llevaba la camiseta de Millonarios. La
otra tragedia registrada fue la del sargento (r) Pedro Contreras de 66 años, quien
fue asesinado por presuntos hinchas de Millonarios en Engativá, cuando defendía
a su hijo que lleva puesta una camiseta del equipo de Santa Fè.
Estos insucesos que nunca debieron estar
relacionados con el deporte del fútbol colombiano, me pusieron a reflexionar
buscando el origen de esta violencia urbana, analizando los resortes
psicológicos que la motivan.
Una de las primeras definiciones sobre el
término hincha, la encontré en el libro de José Gabriel López Busian titulado
Fútbol para bobos publicada en el año de 1920, donde explicaba que el
hincha es una persona que: “no razona y se limita a “sentir” a su equipo.
Existe en el tono de sus discusiones la agresividad que emana de ese
mismo análisis. El hincha es realmente, un dogmático. Cree porque cree. Su
raciocinio rudimentario escapa a la gravitación de otra fuerza que no sea su
ciega pasión por su equipo. Frente a la realidad, formulará las consideraciones
más superficiales y absurdas para sacar adelante su tesis, siempre favorable a
su pasión. En presencia del contrincante ocasional, nunca se declarará vencido.
Y cuando la fuerza incontenible de la lógica lo haya arrojado a un rincón,
surgirá de sus cenizas retóricas la definitiva mala palabra y el furioso
insulto con los cuales cubrirá, suciamente su derrota“
Existen dos clases de hincha: el que
asiste como aficionado a los partidos de fútbol de su equipo por el
placer y por la pasión del espectáculo, y por otra parte, está el
hincha violento es decir aquellos que ven el fútbol como un pretexto para
incitar a la agresión antes, durante y después del partido.
Ahora bien el proceso para convertirse en un hincha violento contiene básicamente siete pasos, que a continuación expondré, los cuales, hipotéticamente serían la motivación que incitaría a los hinchas a pertenecer a una barra brava, brindándole su total lealtad al equipo en todo momento a pesar de que con ello puedan transgredir las leyes colombianas:
Paso Nº 1: Predisposición personal
La persona es incapaz de controlar sus
estados de humor, es decir tiene poca tolerancia a los estadios de soledad,
ansiedad, angustia, frustración y desasosiego.
Paso Nº 2: Tendencia a la adicción
El hincha violento por la general tiene baja autoestima, poco interés para aprovechar las oportunidades positivas de la vida diaria, siendo el aburrimiento su constante en las labores que realiza y teniendo una vida plana ausente de `excitación`. Esto lo obliga a buscar actividades que incentiven la producción de adrenalina y serotonina, neurotransmisores que encuentran en la euforia de los estadios donde juega su equipo.
Paso Nº 3: Contagio de emociones
En un partido de fútbol, la persona
observa a los hinchas en acción o queda implicado accidentalmente con ellos,
dejándose cautivar por las emociones de la multitud, llegando a experimentar
niveles elevados de hormonas y neurotransmisores, que se encargan de mejorar
los estados de ánimo, convirtiéndolo en adrenalino-dependiente (adicto a
las emociones fuertes y extremas) de esa sensación.
Paso Nº 4: Transformación hacia la
violencia
El hincha participa en algunos incidentes violentos, que se reflejan en los enfrentamientos aislados con los contrincantes de otras barras; experimentando con estas acciones un alivio en su sistema límbico (parte instintiva del cerebro humano) y en sus estados de humor, estrés e intranquilidad. La interacción con otros hinchas violentos se convierte en una fuente importante de “gratificación“ y estímulo.
Paso Nº 5: Reforzamiento del
comportamiento violento
La personalidad junto con las actitudes
agresivas del hincha violento, se tornan cada vez más constantes reforzadas por
las confrontaciones violentas con la policía y personas civiles. Cada vez su
comportamiento es más atrevido y desenfrenado, perdiendo respeto a los valores
sociales y transgrediendo la mayoría de las normas de convivencia social, al
igual que la integridad de la vida.
Paso Nº 6: Pensamiento obsesivo por la
violencia
El hincha está en camino de convertirse en un súper hincha violento, planificando viajes para acompañar a su equipo en partidos nacionales e internacionales, donde la premisa es el enfrentamiento violento dentro y fuera de los estadios. El pensamiento obsesivo, se convierte en un comportamiento compulsivo, y ya no puede “parar“ de sentir la necesidad de pelear y agredir a los demás.
Paso Nº 7: Adquiriendo el status
agresivo
El hincha violento consigue finalmente,
una posición de liderazgo e influencia de los seguidores de su equipo. Al
sentirse reconocido por los otros, luchará ferozmente por no perder su jerarquía,
aun a costa de no respetar la vida de sus contrincantes e hinchas de otros
equipos, llegando incluso asesinar como lo es caso de Camilo Andrés Moreno
Cardozo Alias Toledo, presunto líder de las barras bravas de millonarios.
Actualmente, el gobierno nacional y las
autoridades locales, están haciendo todos los esfuerzos posibles para controlar
la epidemia de violencia del `cartel de los hinchas` a través del registro de
códigos de barras en las cédulas de ciudadanía, y la carnetización masiva
de los asistentes a los estadios colombianos.
Estas y otras medidas podrán arrojar resultados positivos
para la solución de este conflicto, pero me atrevo a sugerirles que estas propuestas no se
apliquen solamente en la `forma` del problema sino en el `fondo` del mismo, es
decir que se estudie y entienda, el por qué y el para qué del comportamiento
psico-social de los hinchas violentos en Colombia, pues desde ahí nace la raíz del verdadero problema.
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