La codependencia es una excesiva preocupación por lo que dice o hace la pareja,
los hijos e inclusive algún pariente cercano. Generalmente, el codependiente
proviene de un núcleo familiar, en el cual cumplía el papel de satisfacer los
deseos y expectativas de los padres a nivel afectivo y laboral, o por el
contrario, se podía presentar un ambiente, donde había una falencia de atención
y amor por las necesidades de la persona, buscando siempre llamar la atención
para encontrar la tan anhelada aprobación de las figuras de poder.
Esta disfuncionalidad en la
personalidad, es producto de una infancia donde la persona fue expuesta a algún
tipo de abuso físico y verbal, o también por el dolor del abandono de uno de
sus padres. De ahí, la incapacidad del codependiente para afrontar y sanar las
heridas de infancia. Por esta razón, busca alivianar el sufrimiento a través de
relaciones toxicas, compulsiones hacia el trabajo, el dinero, el sexo y las
compras. Este alterado y confuso estado del ser, produce una mezcla de
emociones entre la ira, la venganza, el miedo, la ansiedad, la vergüenza, el resentimiento
y la obsesión, como un mecanismo para protegerse de su
vulnerabilidad y sobrevivir a una realidad sana, para la cual no están adaptados.
La mayoría desconoce e incluso niega
su situación de dependencia emocional, porque paulatinamente fue perdiendo
la conexión con sus emociones y necesidades básicas, dedicándose exclusivamente al
otro, es decir centran sus vidas, objetivos y metas, en una
persona y no en ellos mismos. En el fondo el codependiente carece de una
identidad propia, no sabe quién es y qué desea lograr, ya que, ha invertido
toda su energía en mantener una imagen casi perfecta para impresionar y encajar
en el medio, con el fin de no revelar sus falencias emocionales y baja
autoestima, que constantemente validan en la opinión o comentarios de los demás.
En síntesis, la codependencia
aparenta ser amor, respeto, cuidado y preocupación, pero es egoísmo,
manipulación, posesión, destrucción, control, son relaciones condicionadas a:
- “Tus problemas afectan mi serenidad. Yo concentro
mi atención en resolver tus conflictos y aliviar tu dolor.”
- “Mis sentimientos
acerca se sostienen si soy como tú quieres que sea y
recibo tu aprobación.”
- “Yo concentro mi
atención en complacerte, protegerte o manipularte para que hagas lo que yo
quiero que hagas.”
- “Yo elevo mi
autoestima resolviendo tus problemas y aliviándote cuando lo necesitas.”
- “Me cuesta tener
presente lo que yo quiero. Sin embargo, me pregunto constantemente qué es lo
que tu quieres.”
- “El miedo que tengo a
tu enojo y tu rechazo determina que es lo que hago o digo.”
Señales para
identificar la Codependencia:
* Destinar la mayoría del tiempo en complacer a los demás.
* Pensar constantemente en la opinión de los otros al momento
de tomar decisiones.
* Incapacidad para decir NO o rechazar alguna propuesta.
* Incapacidad para reconocer los errores y las fortalezas.
* Ceder ante los deseos de los demás sin objeción alguna.
* Temor al rechazo y al escarnio público.
* Visualizar sueños y metas siempre junto a alguien.
* Depresión y ansiedad respecto a expectativas externas.
* Perfeccionismo para por ejercer control.
* Evitar manifestar sentimientos y pensamientos.
* Influir por todos los medios en la forma de pensar y en las
decisiones de los demás, intentando cambiar la personalidad de algunos seres
cercanos.
* Pensar constantemente que son víctimas.
* Sentir incapacidad para terminar una relación de pareja
tóxica.
* Obsesionarse fácilmente con algún tema, aunque en el fondo
no sea de total interés.
¿Cómo se puede tratar la
codependencia?
Esta enfermedad psicoemocional es
progresiva, genera hábitos adictivos y termina por afectar al entorno familiar,
de allí la importancia de buscar un espacio seguro, cálido y de confianza como
el de un Life Coach, terapeuta o grupo de ayuda, para empezar a reconocer y
tomar conciencia de aquella situación traumática en la infancia o adolescencia, que dio lugar a una herida
emocional que no ha sido sanada, vivir el duelo, aceptar las circunstancias de
la vida, perdonar a los involucrados y perdonarse a sí mismo, enfocándose en las
herramientas necesarias para desaprender lo aprendido y reaprender conductas sanas
de amor propio, límites y comunicación asertiva.
Por último, cada ser
humano tiene la responsabilidad de vivir de una manera armoniosa y plena, las excusas han sido mecanismos necesarios para ocultar la verdadera esencia, pero no son más el camino para la autorrealización
personal. Aprender a vivir consigo mismo, sin duda no es fácil, mucho
menos para un codependiente, pero es uno de los camino para la recuperación, autonomía y satisfacción personal, con espacios de conocimiento interior, aprendiendo a escuchar los sentimientos, practicando una espiritualidad renovadora y autentica, para por fin soltar el control de los demás y confiar en un mejor día a día.
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