Cortesía Iskra
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Hablar
del amor no habilita que se le defina, pues el amor es algo que sucede: no se
analiza y mucho menos se controla. El lenguaje puede proyectarnos la leve
ilusión de entendimiento, pero algunas palabras obstruyen el significado del
verdadero misterio de esta emoción.
El
amor se vive cuando se ama y por eso, los amantes viven en el amor. Jamás lo
entenderán, porque el amor los ha fundido y convertido en el amor mismo.
“Somos”
el amor y no somos una sola cosa. Sin embargo, el amor es una fuerza personal que
anima todas las cosas, pues la vida pasa por mí, no soy yo el que pasa por la
vida. El gran secreto del alma es que desde su amorosa esencia me ayuda a
renacer, comprender mis errores y reinventarme día a día.
Cada
deseo particular en la pareja complementa su unidad. Así como debo inhalar el
oxígeno para vivificar mi sangre, también, naturalmente debo exhalar el aire
para liberarme de las toxinas que me hacen daño.
Con
los enamorados ocurre lo mismo: se complementan desde una intención agresiva o
una acción sanadora que sucede en diferentes tiempos, según el estado anímico
interior de cada uno.
El
amor en esencia nunca nos hará daño, es el ego y nuestra dualidad, la que nos
hace sufrir y confundirnos. Esta dolorosa desarmonía, nos indica que estamos desconectados
del verdadero amor.
Tu
Maestro Interior, conoce el momento exacto en el que debes alejarte de esa
pareja, para volver a encontrar dignidad y honrarte a ti mismo, con el fin de
que todo fluya y se equilibre nuevamente, poniendo límites a esa relación que
estaba convirtiéndose en un campo de batalla.
Quizás
la rutina de “tener seguro al otro”, fue apagando poco a poco la pasión y sin
esta motivación, la vida va perdiendo una parte de su sentido.
La
pasión es un elemento poderoso para sentirnos vitales, no desde el concepto
occidental de poder, que se utiliza para controlar al otro, sino por medio del
concepto oriental del camino del Tao, que nos enseña a armonizar nuestra mente
y a fortalecer la voluntad y el deseo de estar juntos sin forzar esta
misteriosa fuerza.
Desde
nuestro inconsciente y para sobrevivir, pretendemos dividirnos de todas las
cosas, sin entender antes, que es imposible separarnos de nosotros mismos.
¿Cómo entender el amor sin condiciones?
Cortesía Jakob
Owens
Cuando
intentamos analizar, negar o dominar el amor, paradójicamente estamos más
atados a seguir amando, pero desde una orilla equivocada que desde el orgullo
nos hace confundir sexualidad, erotismo y pasión, con el auténtico amor
incondicional.
El
amor incondicional es un extenso proceso de cambio, que se fortalece dentro del
cambio. Es un mejoramiento continuo que nos conduce a dejar la ilusión de ser
perfectos por la realidad de ser perfectibles.
De
esta forma, construimos una relación con nosotros mismos, para ofrecer una
relación sana con el otro, ya que, amar es relación y el relacionarse, es el
sentido de la existencia.
Como
nos enseñó al grupo de profundización en teología, nuestro querido profesor y
amigo, el sacerdote y psicólogo clínico el padre Humberto Silva Silva
(Q.E.P.D), también gestor de la Fundación Kairos:
“Para poder ser feliz y encontrar el amor, primero debes
centrarte en ti mismo (para conocerte); segundo debes descentrarte en la pareja
(para dar de ti); y finalmente, juntos deben centralizarse en Dios (para vivir
en plenitud el amor)”.
El amor es un camino simple
En
realidad, el amor es simple, ya que, se encuentra plenitud en mirar juntos una
película, caminar de la mano por la calle, escuchar sus historias y contar las
nuestras, y desear estar juntos a pesar de la compañía de otras personas,
aumentando este deseo a través de pequeños detalles.
El
amor emerge desde la profundidad del alma, estremeciendo nuestras emociones e
instintos de formas inimaginables.
Cuando
menos lo pensemos, donde menos lo esperemos, con quien nunca imaginamos que
sucedería, en cualquier ambiente, cualquier día a cualquier hora, el amor se
nos revela con una certeza inesperada de que nos hemos enamorado.
Y
allí donde antes había dudas, surge una angustiante claridad que nos invita a
rendirnos para gozar del derecho de amar y ser amado.
Como
diría Paul Ferrini unos de mis maestros espirituales más queridos y que ha
profundizado en la grandeza del “Amor sin Condiciones”:
“Cuando te amas y te honras a ti mismo, hay armonía y paz
en tu vida. Las cosas se despliegan de manera natural, sin luchar.
Cuando experimentas desarmonía, represión o conflictos
sabes que has perdido el alineamiento con el amor. Sabes que es el momento de
parar, respirar y volver a centrarse.
El disfrute de tu sensualidad es esencial para l pleno
desarrollo de la relación, no es nada que haya que temer o por lo que haya que
avergonzarse. Es algo que debe ser celebrado como un regalo de Dios.
A algunas personas les cuesta aceptar su propia
sexualidad y tratan de imponer sus disfunciones sobre los demás. No les prestes
atención, tiene lecciones difíciles que
aprender en esta vida.
La única expresión sexual que es reprobable es el sexo
sin amor.
El sexo sin amor, bajo cualquier disfraz fragmenta la
energía de vuestra unión y exacerba las heridas emocionales”.
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