Por: Armando Martí
Si hay un animal controvertido y esencialmente
misterioso, independiente, sobrenatural e intuitivo, es el gato, por su
astucia, inteligencia, sensibilidad y percepción aguda, que los convierte en
unos protectores innatos a un nivel más sutil y etérico, capaz de defender al
hombre de las energías negativas. Desde tiempos antiguos ha sido considerado un
portal de comunicación entre los dioses y la humanidad, es un ser avanzado,
sagrado y de mucho poder, venerado por varias culturas y temido por otras.
Para el pueblo egipcio, el gato era la encarnación
de las diosas Isis asociada con la fertilidad y Bastet representación de los
rayos solares y la armonía universal. De igual manera, los romanos consagraron
este animal a Diana la diosa de la luna, como una imagen de bondad interna y
guardián leal de las casas. Contrario a los celtas, que los veían como cuidadores
del otro mundo o inframundo, destacando su estoicismo al resistir como ningún
otro el dolor, de ahí su silencio y discreción. Similar a este pensamiento, los
vikingos creían que el gato les había enseñado el arte de la elaboración de las
carrozas para honrar a Freya diosa de la fecundidad y por lo tanto, eran una
señal de bendición sobre los recién nacidos y buen augurio para las mujeres
embarazadas.
Contrario a estas creencias, las personas durante la
Edad Media estigmatizaron a los gatos, pues decían que eran una representación
de lo maligno, oscuro y peligroso, por eso eran animales de compañía de magos,
brujas y hechiceros. Así mismo, para el budismo son un símbolo de impureza,
castigo e intimidación, pues poseen características similares a las de la
serpiente.
El gato es un transmutador de energías, armonizador
de espacios, vigilante de las sombras y portador de 7 vidas, un número sagrado
que engloba la trinidad de trinidades, privilegio que le permite desenmascarar
y observar el inconsciente del hombre, pues no se relaciona con las apariencias
sino con la esencia. A través del tiempo, han surgido muchas supersticiones
entorno a este representante de la divinidad, intriga y magia, que debe tener
en cuenta por si alguna vez se llega a cruzar con uno o varios a lo largo de su
vida:
1.
Gato negro:
- Cruzarse con un gato negro trae buena suerte si se
ve de frente, de espaldas es de mal augurio.
- En la antigua Inglaterra se consideraba un regalo de
bodas apropiado para la felicidad de la novia.
- Los franceses creían que sus gatos negros eran
magos, por eso los alimentaban y respetaban para atraer la buena fortuna.
- La suerte suele sonreírles a los que han tocado un
gato negro antes de participar en juegos de azar.
- Un gato negro en casa es símbolo de prosperidad.
- En Irlanda toparse con un gato negro en luna llena
vaticina la muerte y calamidades para quien lo encuentra.
2.
Encontrarse a un gato: No importa el color, si se tropieza con uno de
frente es buena suerte mientras que verlo de espalda, mala; y si el gato se
adelanta por el camino, la suerte está de su lado.
3. El
gato y el mar: La
tradición popular dice que si el gato que va a bordo de una embarcación, salta
o juega, es pronóstico de tormentas. Si se le ocurre ahogarlo o lanzarlo al
agua, supondrá un peligro de naufragio y calamidades para la tripulación.
4. El
gato y la adivinación: Si el animal se encuentra boca arriba o corre
intempestivamente, se avecina una tormenta. Por el contrario, si está sentado
de espaldas al fuego, predice frío y mal tiempo. Cuando sigilosamente lava sus
orejas, es una aviso de que habrán visitas, si es la izquierda de un hombre y
si es la derecha de una mujer.
5.
Otras supersticiones:
- Tocar tres veces el lomo de un gato negro con los
tres dedos centrales de la mano derecha se considera de buena suerte.
- Contar los gatos en el trayecto de un camino y si
suman siete, se tendrá un día venturoso y afortunado.
- Si antes de dormir se acaricia o abraza a un gato,
éste ayudará a que tenga buenos sueños, alejando los malos pensamientos, pues
los egipcios creían que los ojos de los gatos (que cambian de forma, de color y
tienen pecas o manchas) guardaban el secreto del mundo de las hadas.
- En Japón el gato es una representación del
emblemático neko, una conocida estatua felina que asciende y desciende una de
sus patas, actitud mágica conocida como maneku
que significa “invitar a pasar o llamar”.
Por otra parte, el cascabel que lleva en el cuello, tiene la función de
ahuyentar a los malos espíritus y su propósito consiste en dar la bienvenida y
atraer la buena suerte, de ahí que estas esculturas suelen colocarse a la
entrada de los negocios.
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