Fotografía: Armando Martí
Por: Armando Martí
Al hablar del amor usualmente nos
descentramos de nosotros mismos y nos centramos en la pareja, los hijos y la
familia, pero ¿cuándo fue la última vez que empezaste por ti? El amor es uno de
los elementos que brinda un sentido, propósito y valor a la vida, es decir, la
calidad de amor que brindamos a los demás es proporcional al amor que sentimos
por nosotros mismos. Ahora bien, ¿qué tanto te quieres?
El amor propio o philautía como lo denominaban los
antiguos griegos, es el misterio que anima todas las cosas, de ahí que sea fundamental
en la consolidación del bienestar físico, mental, emocional y espiritual de los
seres humanos, pues implica conocerse a uno mismo, aceptarse tal y como es, con
virtudes y defectos; es una conversación íntima para entrar en contacto con los
miedos más profundos, pero también con los dones y talentos innatos que
poseemos. Un viaje interior hacia la esencia misma, dejando de lado la culpa,
la vergüenza y la angustia, encontrando la verdad, el perdón y la autenticidad
de vivir cada día una existencia plena, serena y feliz.
De esta manera, ya no estamos
sometidos a los gustos, caprichos y decisiones de los demás, por el contrario,
aprendemos a encontrar un sentido de responsabilidad con nuestras necesidades, a
no traicionarnos más y ser una mejor versión de nosotros mismos. No es orgullo,
narcisismo, egoísmo, vanidad o soberbia, es humildad, sencillez, confianza,
seguridad y fe, pues el amor propio es dinámico, crece y se cimenta en acciones
de un adulto espiritual, que busca un significado personal y siente compasión
por sí mismo y otras personas. A continuación, algunas maneras de fortalecer
esta sutil pero poderosa fuerza llamada amor propio:
1. Permanece en contacto con la realidad: es importante sacar todos los días un tiempo para
saber qué piensas, sientes y deseas, con el fin de no engancharte en opiniones
ajenas.
2. Actúa en función de tus necesidades y no de tus deseos: concéntrate en lo que necesitas, así lograrás apartarte
de los patrones de comportamiento saboteadores y destructivos, que generan
problemas y te mantienen anclado al pasado.
3. Cuida de ti mismo: el amor
propio implica reforzar hábitos saludables como una alimentación balanceada,
ejercicio, buen sueño, intimidad e interacciones sanas con los demás.
4. Establece límites: aprende a
decir NO a todo aquello que te afecta física, emocional y espiritualmente,
robándote la tranquilidad interior.
5. Perdónate a ti mismo: por naturaleza somos severos con nosotros mismos y debemos procurar
aprender de los errores, aceptarnos como seres humanos frágiles y vulnerables,
para otorgarnos un auténtico perdón.
6. Vive con un propósito: que tus pensamientos, palabras y acciones provengan de una intención
sobria y lúcida.
7. Independencia emocional: es importante empezar a depender más de un Poder Superior que nos ama
y acepta incondicionalmente, permitiéndonos permanecer en un centro a pesar de
las tormentas, alegrías y problemas normales de la vida.
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