Fotografía: Armando Martí
Por: Armando Martí
En Diciembre de 1979, se organizó en
Colombia el Primer Congreso de Fenomenología Psíquica auspiciado por el Centro
de Control Psicobioenergético, con el fin de profundizar acerca de los temas
paranormales y las diversas causas de esta misteriosa facultad, que pueden
originarse desde un golpe en la cabeza hasta estados agudos emocionales y la activación
química de diferentes glándulas endocrinas como la hipófisis/pineal, más
conocida como la glándula de la visión remota o el tercer ojo.
Algunos de los invitados especiales
fueron la investigadora francesa Yvonne Duplessis, la neuróloga Dra. Olga
Heredia, el psíquico y mentalista Uri Geller, el maestro Tao Rhann, los
sanadores psíquicos Dean Kraft e Iván Trilla y Ana Brache consejera espiritual del
entonces Presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon. Junto a ellos
demostramos en vivo por dos horas en una transmisión por el Canal 7 de producciones
JES, las posibilidades de las facultades paranormales.
Hoy en día gracias a los esclarecedores
descubrimientos de la física cuántica, se ha podido evidenciar que desde el
desarrollo del neocórtex el hombre sigue buscando una explicación sensorial y
experiencial a los fenómenos relacionados con la muerte, el más allá, los
campos energéticos y el conocimiento sobre el futuro. Muchos investigadores del
comportamiento humano se preguntan si estas manifestaciones son elaboradas
consciente o inconscientemente y si también ocurren independiente a las
creencias del individuo. Si no son producidas ¿quién o qué las provoca? Y ¿por
qué no todas las personas pueden hacerlo?
Estos cuestionamientos son fundamentales
a la hora de explorar este mundo transitorio, intangible y sorprendente, que se
construye a partir de percepciones vinculadas a la mente y el cuerpo. Por esta
razón, para algunos una experiencia paranormal es un escudo que se amplifica
ante la necesidad de justificar eventos traumáticos y dolorosos de la vida; mientras
que para otros, simplemente son circunstancias basadas en la interacción entre
la energía y la materia, pues en el Universo nada es por azar.
Como parte de la evolución del hombre, el
cerebro elaboró atajos conocidos como sesgos cognitivos, con el fin de resolver
más eficientemente los problemas diarios, incrementando las posibilidades de
sobrevivir. Estas ilusiones causales podrían ser el origen del por qué las
personas creen en los fenómenos paranormales, debido a que se generan
alteraciones de la memoria, falseando las evocaciones y detalles de un momento
determinado llenas de sentimientos, que parecen ciertos pero no lo son.
Así mismo, puede ocurrir una amnesia
disociativa tras un impacto emocional, donde los recuerdos son reprimidos y se
manifiestan de diversas maneras como vías de escape a dichas emociones que
alteraran la identidad. Por ejemplo, al crecer piensan que son canales de luz en
comunicación con seres de otras dimensiones. También, a veces la persona
recuerda una historia imprecisa sobre acontecimientos del pasado sin ser
consciente de sus errores, con la intención de confundir al interlocutor e
incluso al propio psicoterapeuta. Por último, el individuo tiene la capacidad
de generar fantasías y experiencias personales aparentemente creíbles es decir
pseudologías fantásticas, para buscar el aprecio y reconocimiento de los demás,
llegando a crear personajes “iluminados” que han vivido todo tipo de situaciones
místicas y desbordadas en el mundo paranormal, alterando la realidad.
Ciertas personas inestables
emocionalmente interesadas en estos temas o que han tenido experiencias que
interpretan como tales, se sienten protegidas y guiadas por una fuerza superior
a ellos que les habla en determinado momento para beneficio propio, reafirmando
decisiones, previniendo catástrofes financieras, dolorosos duelos y pérdidas
amorosas.
La confrontación personal es una parte
importante de la vida. Darle luz a la sombra que habita en nosotros, es ratificar
la misión que venimos a cumplir en la Tierra, sin olvidar la gran inteligencia
y capacidad con la que fuimos dotados para preguntar y preguntarse ¿es esto
verdad o es una invención de mi imaginación para ocultarme? Ejercitar la
reflexión es la base de la evolución. Trascender es conocerse a sí mismo,
aprendiendo a vivir desde el ensayo – error.
Nadie absolutamente nadie tiene el
derecho de coartar ese don extraordinario que nos dio el Creador, pues recién
estamos entendiendo que el cerebro humano es el órgano más maravilloso del
planeta, que permite hacer posible lo imposible, gracias a su potencial
energético
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