Fotografía: Armando Martí
Por: Armando Martí
Todos tenemos en el cerebro un
piloto automático conocido como inconsciente, que moldea e influye en nuestra atención,
percepción y memoria, pues tiene la capacidad de identificar los miedos,
controlar los sentimientos y generar patrones comportamentales según la
información que recibe a partir de estímulos
internos y externos, convertidos en creencias y experiencias familiares. Por
esta razón, una gran parte del mundo interior está gobernado por la mente y
cuando accedemos de manera consciente a este espacio, encontramos la génesis de
algunos problemas emocionales que bloquean la consecución de metas personales, laborales
y económicas, así como también la construcción y estabilidad en las relaciones
de pareja a lo largo de la vida.
El inconsciente es un misterioso
archivo, donde se guardan aquellas cosas que no percibimos en la cotidianidad y
fueron censuradas o reprimidas como un mecanismo de supervivencia al no poder
asimilarlas. Su contenido tiende a manifestarse de una forma poco directa y
especialmente simbólica, a través de sueños, dolores físicos, trastornos de
pánico y desequilibrios nerviosos, con el propósito de liberar todas las
tensiones psíquicas, debido a los conflictos causados por la lucha entre el
impulso instintivo, los deseos y algunas normas sociales cargadas de prohibiciones. Es usual desconocer las motivaciones internas que
nos llevan a pensar, sentir y actuar de determinada manera; imágenes que surgen
cargadas de sufrimiento, obsesión, desilusión, alegría y satisfacción, como
resultado de una asociación constante filtrada por miedos y juicios que tenemos
insertados en nuestro “software mental”.
Para experimentar mayor libertad
emocional, determinación y éxito, es importante reiniciar y reprogramar el hardware
del inconsciente con el fin de volvernos guionistas y directores de nuestra
vida, al tomar decisiones eficientes y coherentes, que ayuden a conocernos
mejor sin gastar la energía vital en acciones generadas por la culpa y la
vergüenza. Así mismo, desde el reconocimiento y la aceptación, se puede abrir
un espacio para dejar de identificarse con el papel de víctima o superhéroe y
empoderarse de una versión más equilibrada de nosotros mismos, logrando abrir
la mente a nuevas perspectivas creativas, alegres, curiosas y eficaces. Estos
procesos que conducen al encuentro del camino medio, el sosiego y la paz
mental, deben ser orientados por profesionales como médicos psiquiatras,
psicoanalistas, psicólogos, consejeros espirituales con formación en teología y
filosofía, logoterapeutas y coach de vida, entre otros.
Al buscar espacios de crecimiento
personal a través de técnicas de relajación, meditación y atención plena, se alcanza
el potencial del inconsciente, abriendo las puertas de la prosperidad al ir
sanando los patrones autodestructivos y saboteadores que impiden crear una
existencia estable, serena y feliz, utilizando como herramienta la sugestión,
una poderosa facultad de la inteligencia que produce un efecto desintoxicante en
la mente, transformando el hábito de estar y sentirse mal, por el hábito de
estar y sentirse bien.
A continuación algunas frases sanadoras
que utilizó en mis asesorías diarias y reportan excelentes resultados si se asimilan
y pronuncian metódicamente:
- Me amo, me apruebo y me respeto,
como un ser digno de todas mis capacidades, dones y talentos.
- Dejo en libertad mis
pensamientos desarmónicos para que se marchen serenamente y pueda experimentar
la paz.
- Mis ideas fluyen de la mano de
un Poder Superior que me acepta tal y como soy.
- La fuerza de mi niño interior me
impulsa a seguir descubriendo las maravillas del mundo, a través de la
sencillez de cada acto.
- Entrego mis miedos al amoroso
cuidado de mi Poder Superior, quien me brinda el valor para transformarlos desde
la humildad.
- Es mi derecho natural satisfacer
mis necesidades.
- Busco progreso y no perfección.
- Estoy a salvo siendo yo mismo,
cumpliendo mis expectativas y no las de los demás.
- Con compasión, amabilidad y
bondad, puedo caminar por la vida seguro de mis decisiones.
Las palabras contienen un poderoso
elemento energético que convierten en realidad todo aquello que imaginamos.
Usarlas en el momento preciso desde el despertar personal y la consciencia
amorosa, ayuda en la rehabilitación interior, pues nuestra mente es uno de los
tesoros más maravillosos del Universo; de allí el cuidado extremo que debemos
tener al depositarla en manos confiables, responsables y de buena intención.
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