Enigmático: Estrés hecho en Colombia



Fotografía Armando Martí

Por: Armando Martí
Hace 50 años las enfermedades del sistema nervioso eran tratadas de manera muy particular, pues no se conocía suficientemente los efectos nocivos para la salud. La expresión popular “esos son sólo nervios”, remitía a los afectados inicialmente a tomar infusiones de valeriana, cidrón o manzanilla; también con una buena confesión ante el párroco del barrio, un propósito de enmienda y unos días de descanso en algunos municipios aledaños a la capital del país, se lograban controlar los síntomas. Sin embargo, las consultas a los médicos generales o de cabecera que en aquella época verdaderamente le dedicaban toda la atención y tiempo a los problemas de salud de las familias, no eran del todo exitosas y por eso, ellos mismos terminaban remitiendo a sus consultantes a manos de los médicos psiquiatras.

Mis primeras experiencias directas con las enfermedades del sistema nervioso, fueron a través de un querido tío que al tercer mes de estar prestando servicio militar, sufrió un colapso nervioso producto de una situación de excesiva tensión mental y emocional, debilitando el sistema nervioso y generando unos estados de ansiedad y pánico incontrolables, por lo que le resultaba casi imposible hacer frente a las responsabilidades de la vida diaria. Por esta razón, mi familiar terminó siendo tratado por el psiquiatra Andrés Didier Ramos en su famoso consultorio 101 de la Calle 35 con Carrera cuarta. Algunas veces que acompañé a mi tío, me di cuenta de que este consultorio permanecía completamente lleno y que las enfermedades “nerviosas” atacaban tanto a hombres, como mujeres y adolescentes, al igual que a personas de diferentes  profesiones y condiciones sociales. Las fórmulas de apoyo para estos tratamientos, contenían medicamentos como el Valium, Librium y el mayor descubrimiento de la década de los 80’s el Prozac, que tenía mucho menos efectos colaterales que la benzodiacepina que se usaba frecuentemente. (https://www.youtube.com/watch?v=bWLHbbrWz7U&feature=youtu.be)


Cortesía Armando Martí
Escultura que simboliza el subconsciente. 

El doctor Didier como médico psiquiatra, psicoanalista y miembro del Instituto Colombiano del Sistema Nervioso Clínica Montserrat, escuchaba comedidamente a sus pacientes, tratando de encontrar en los laberintos del subconsciente la causa de la neurosis, las fobias, las angustias, las adicciones y las patologías mentales. Sus métodos, técnicas e investigaciones, fueron novedosos e importantes y continuó ejerciendo su profesión con mucho éxito hasta su fallecimiento en el año 2010, fatídico y misterioso año en donde también murieron otros destacados médicos psiquiatras miembros de la Clínica Montserrat, tales como: el Dr. Salomón Hakim Dow, el Dr. Alberto Álvarez Arboleda, la Dra. María Clara Bayón de Cleves, el Dr. Hugo Campillo Granda, la Dra. Alice Castro Peña y el Dr. Hernando Ángel Villegas.  

De la sombra a la luz

Cortesía Armando Martí
Armando Martí uno de los organizadores de La Primera Consulta Mundial sobre Estrés realizada en Bogotá, Colombia. 
Durante los años 80, nos reunimos un grupo de investigadores interdisciplinarios en las áreas de medicina, psiquiatría, gerontología, psicología y terapias alternativas como la acupuntura, la hipnosis, la terapia neural y la medicina bioenergética y homeopática, integrado por los doctores Guillermo Marroquín, Joaquín Pontón, Reinaldo Escalante, Eduardo Hurtado y los psicólogos Alfredo Alvernia y María Isabel de Lince, entre otros, para analizar la enfermedad del siglo XX representada en la palabra Estrés: un síndrome fruto de la tensión emocional y la agitada vida moderna, que se alimenta en los centros de trabajo ante la presión por la alta competitividad y producción económica de un mundo neurótico y cambiante. 

Cortesía Armando Martí
El Dr. Joaquín Pontón uno de los invitados especiales junto con médicos psiquiatras de Venezuela y Chile, durante La Primera Consulta Mundial sobre el Estrés. 

Como resultado de estos análisis, organizamos “La Primera Consulta Mundial sobre el Estrés”, un evento nacional e internacional que se llevó a cabo en Bogotá los días 9, 10 y 11 de julio de 1981 en el Teatro Astor Plaza de la entonces cadena Sefair. A este congreso asistieron como invitados especiales el Dr. Edward O´Malley psiquiatra del USS Constellation el portaviones más poderosos de la Marina de los Estados Unidos, la Dra. Rosie Manikan en representación de la Hans Selye Foundation de Canadá y el Dr. Allan Donarse del Colegio de Psiquiatría en París, Francia. Con este impulso y a través de las memorias del congreso, pudimos difundir hacia la sociedad colombiana los conceptos más importantes y las técnicas preventivas para superar y controlar la enfermedad del “Estrés”. 

El comienzo de las investigaciones sobre el Estrés

Cortesía Armando Martí
El Dr. Hans Selye, considerado el “Padre” del Estrés en el mundo.

El Dr. Hans Selye un distinguido médico y endocrinólogo,  es reconocido como el "Padre" en el campo de la investigación del estrés y obtuvo reconocimiento mundial, al introducir el concepto de estrés en un contexto médico. Sus conocimientos sobre el papel de las respuestas orgánicas directas de la emoción y la enfermedad, revolucionaron la comprensión de la conexión mente-cuerpo. Nació en Viena en 1907 y comenzó a desarrollar sus teorías sobre el estrés como estudiante de medicina en Praga. En 1932, se mudó a Canadá como parte del equipo de investigación de la Universidad McGill. En 1945, se trasladó a la Universidad de Montreal, donde se convirtió en Director del Instituto de Medicina Experimental. En 1979, el Dr. Selye fundó el Instituto Internacional del Estrés y la Fundación Hans Selye, asimismo publicó más de 1.700 artículos y 39 libros sobre el estrés. Su trabajo ha sido citado en más de 362.000 artículos científicos y en 1982, murió a la edad de setenta y cinco años en Montreal. 

El descubrimiento inicial del Dr. Selye del síndrome de estrés, se basó en la demostración de que el cuerpo responde de manera inespecífica prácticamente a varios estímulos o factores de estrés inocuos. Una de sus mayores contribuciones, fue la demostración de la tríada de estrés (ulceración gastrointestinal, atrofia timo-linfática e hipertrofia suprarrenal) y del papel del hipotálamo en la estimulación de la hipófisis, esta última glándula, a su vez, induce a las suprarrenales a producir corticoides. Esto condujo directa e indirectamente al descubrimiento de los esteroides ACTH, GRH, somatostatina y otros factores liberadores del hipotálamo, sentando las bases para futuras investigaciones en esta área. (https://www.youtube.com/watch?v=PXYJlPFwjFc&feature=youtu.be)

El Dr. Selye avanzó hasta la teoría de que el estrés desempeña un papel en todas las enfermedades, y el hecho de no enfrentar o adaptarse a los factores estresantes puede producir "enfermedades de adaptación", como úlceras, hipertensión arterial y ataques cardíacos, por lo cual llamó a su teoría el "Síndrome de Adaptación General". El enfoque del Dr. Selye era hacia la totalidad del organismo, convirtiéndose en un pionero con respecto a los conceptos de energía de adaptación, resistencia al estrés, crecimiento postraumático y códigos de comportamiento, que protegían los factores estresantes de la vida. Respetado por su compromiso de educar al público sobre las aplicaciones prácticas de la investigación del estrés, colaboró ​​en el diseño de un modelo conceptual para la orientación e intervención del estrés a un nivel multidisciplinario, holístico e integrador.

Adrenalinodependencia


Cortesía Armando Martí

En los últimos años se ha discutido acerca de los efectos nocivos del estrés en la salud física, emocional y mental de las personas, pues proviene de la alta tensión, angustia y ansiedad producida por el agitado ritmo laboral, al igual que los compromisos económicos, sociales y familiares.Dentro de las modernas investigaciones del estrés, una de las más relevantes fue haber encontrado la relación entre la adrenalina y las adicciones. Incluso se ha llegado a comprobar, que el estrés puede convertir a las persona en dependientes a las propias sustancias emanadas por el estímulo estresor, denominando a esta nueva forma de adición como la adrenolinodependencia. 

Este término fue acuñado durante la realización de “La Primera Consulta Mundial sobre Estrés” y difundido al país ocho después a través de la entrevista publicada en el periódico El Tiempo e investigada y redactada por el periodista Alberto Medina López (hoy subdirector de Noticias Caracol) el día 26 de abril de 1989 en la interesante sección “Vida de Hoy”. A continuación, algunos apartes de aquella importante entrevista que ayudarán a entender mejor el concepto de la adicción al estrés: 

¿Adrenalinodependencia?

 (sic) “El estrés, esa respuesta física y psicológica a los estados de alerta o de tensión, va más allá de la angustia. Se puede convertir en una adicción, como si se tratara de un alucinógeno. En una de las fases del proceso de estresamiento, el ser humano se vuelve adrenalinodependiente, porque, a fuerza de sufrir esa situación repentinamente, empieza a generar una resistencia al estrés. La adrenalina es una hormona que, entre otros efectos, acelera la respiración porque produce un estado de alerta para responder a estímulos intensos. 

Según Armando Martí, pionero de las investigaciones sobre estrés en Colombia y realizador de la Primera Consulta Mundial sobre el fenómeno, algunas personas, ya en estado de adicción, producen tensión interna cuando disminuye el nivel de estrés externo al que están acostumbrados. Con ello mantienen su dosis de adrenalina, que produce los mismos efectos estimulantes como las anfetaminas y la cafeína. “La persona – dice el experto – se acostumbra a la tensión y está preocupada siempre y en estado de alerta permanente”.

El adrenalinodependiente pierde la paz incluso cuando duerme. Aunque no tenga problemas se los inventa, y duerme preocupado. Se despierta cansado. Permanece con las manos apretadas y las mandíbulas apretadas. Martí explica que se trata del mismo cuadro típico del drogadicto. “Es necesario -dice- hacer un programa de no dependencia. Eso solo se logra cambiando el hábito de lo malo por el hábito de lo bueno. Hay que rehabilitar al paciente”. En la primera etapa del surgimiento del estrés, que es el factor por excelencia que nos hace dependientes de la adrenalina, el organismo se alerta ante una circunstancia interna o externa, que los expertos llaman agente estresor. 

En la segunda etapa, el afectado opone resistencia al estrés, y en esta etapa no responde al estimulo externo… La adrenalina se acumula, el estresado se siente mal, pero se acostumbra a los altos niveles de la hormona. La represión debilita el organismo y hace que el sistema inmunológico se deprima. El estresado acaba de abrir una puerta para que las dolencias físicas entren a su casa como si fueran viejas amigas. Claro que el estrés no siempre ha sido el mismo. La adrenolinodependencia es el aporte del estrés moderno. Y si hay estrés moderno hay estrés primitivo. La diferencia entre ambos está en el modo de reaccionar de cada hombre, dependiendo de su época, a las situaciones angustiosas o generadoras de miedo. 

Los especialistas explican, que ante los estímulos, el organismo produce inmediatamente adrenalina. El cerebro alerta a la glándula pituitaria y esta se conecta con el sistema endocrino y segrega la hormona. Esta última ordena a la glucosa que active los músculos y produce ácido láctico. Y es precisamente el ácido el creador de los desajustes fisiológicos. Es necesario cambiar el hábito de la tensión por el hábito de la distensión.” 


Cortesía Armando Martí

En conclusión, si no tomamos consciencia y cambiamos estos nocivos hábitos, se pueden convertir en una peligrosa adicción a la ansiedad, la prisa, el perfeccionismo y la inmediatez, entre muchas otras obsesiones, que nos convierten en neuróticos y prisioneros de nuestras propias cárceles emocionales.

Esta fórmula magistral que a través de mi propia experiencia he podido comprobar, es muy útil para superar el estrés y vivir una vida con más sentido trascendente, para encontrar un camino interior generador de paz, salud mental y fuerza espiritual: “Vida honesta y ordenada. Usar muy pocos remedios y emplear todos los medios de no preocuparse por nada. La comida moderada. Ejercicio y diversión. Poco encierro, mucho trato. Oración y meditación, alegrarse en ayudar y muy poco criticar a los demás, para una vida sin estrés lograr”. 


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