Cortesía De An Sun
Por: Armando Martí
La valentía es una cualidad humana que neutraliza el miedo a fracasar en un mundo inseguro y lleno de incertidumbre. Con el fin de hacerle frente a las dificultades diarias, las personas cuentan con la fuerza de voluntad y la confianza en sí mismas para superarse una y otra vez sin dejarse arrastrar por la depresión y la derrota. De esta manera, se vuelven equilibradas al mantener la esperanza y la mente clara, tomando decisiones más útiles y flexibles para afrontar cualquier situación.
Me pregunto ¿qué le puede dar sentido a nuestras vidas en un momento tan dramático como el que estamos atravesando por la desconcertante pandemia causada por la COVID - 19? Muchas personas que hemos pasado por esta y otras situaciones muy graves, sabemos que existe la posibilidad de segundas y hasta terceras oportunidades brindadas por la existencia.
Sin duda, una de ellas es la de adaptarse a una “nueva normalidad” la cual no debería ser recordada ni definida como mejor o peor que el anterior estilo de vida. Por el contrario, desde nuestra capacidad de inteligencia debemos ser conscientes de que, al sobrevivir a esta inusual situación social también habilitamos la posibilidad de aprender sobre estas difíciles lecciones que nos encaminarán hacia la búsqueda de un nuevo sentido más simple y profundo para mejorar nuestro bienestar integral.
En la vida las cosas que nos suceden no siempre son blancas o negras. Este paradigma lineal nos impide descubrir los matices de grises que existen entre ellas. El nuevo paradigma emergente es el que nos abre las puertas interiores hacia la consideración y el autocuidado, para convertirnos en seres positivos que enfocan su energía en buscar soluciones a los problemas y no en buscar problemas que les eviten una vida plena de serenidad, alegría y entusiasmo.
Las personas pesimistas carecen de confianza y antes de superar los obstáculos propios de la existencia, están profetizando la derrota y su vida transcurre sobreviviendo a sus desfavorables emociones, las cuales a través de la justificación son utilizadas para estar y sentirse mal. De este modo, se acostumbran al papel de víctima o verdugo de sí mismos y de los demás.
Todos hemos formado nuestro carácter y actitudes a partir de las experiencias de la niñez. También de los modelos y enseñanzas aprendidos de diferentes figuras de autoridad. Sin embargo, el ser humano tiene la capacidad innata de reescribir su propia historia y cambiar su actitud negativa por una mejor actitud de resiliencia, que es la capacidad de los seres humanos para adaptarse positivamente a las situaciones adversas y trágicas.
En los últimos tiempos, estos cambios se han podido realizar con la ayuda de la filosofía, las prácticas orientales de la meditación, la consejería espiritual, la psicología, la intervención de Coaching y la Logoterapia, entre otras. Desde mi experiencia personal, la Logoterapia es una herramienta con gran poder de rehabilitación en los momentos de crisis y desesperación, como los que actualmente estamos enfrentando a consecuencia de esta infección pandémica que temporalmente nos tiene inmersos en estados de desequilibrio emocional, ansiedad y estrés.
¿Qué es la Logoterapia?
Fotografía Armando Martí
La Logoterapia es un método de tratamiento psicoterapéutico que hace parte del movimiento humanista existencial, cuyo fin es estudiar la capacidad del ser humano para sobreponerse a muchas circunstancias adversas que le acurren a lo largo de su existencia. Esta visón integrativa, biológica, psicosocial y espiritual nos muestra el camino para encontrar el sentido. Si bien es cierto que la inteligencia natural es proactiva, también podemos entender que la parte “noética” espiritual (conocimiento interior) es una motivación primaria del ser humano.
Este término no es religioso, pero sí trascendente y plantea la búsqueda de sentido en la realidad por medio de la inteligencia espiritual, transformando cualquier tragedia en una vivencia con significado que produce una claridad interior, dirigiéndose hacia algo que está más allá de sí mismo para superarse integralmente y así ayudar a los demás.
Por otra parte, el vocablo griego “Logos” hace alusión al sentido, es decir, el significado de los acontecimientos que suceden a lo largo de la vida del individuo y su actitud ante la existencia, el amor, el destino, el dolor y la muerte. Recordando que somos nosotros los que pasamos a través de la vida y no es la vida la que pasa a través de cada uno.
Cortesía Armando Martí
Dr. Viktor E. Frankl creador de la Logoterapia
La Logoterapia fue creada por el psiquiatra, neurólogo y Doctor en filosofía Viktor E. Frankl (1905 – 1997). Inicialmente el Dr. Frankl, se interesó en los estudios psicoanalíticos de Sigmund Freud y luego se orientó hacia las teorías de Alfred Adler sobre la psicología individual. Sin embargo, la teoría de “voluntad de sentido” de Frankl, se oponía a la de Freud que era la “voluntad del placer” y a la de Adler que era la “voluntad del poder”.
Como médico de la Institución Psiquiátrica Steinhof, el Dr. Frankl descubrió que la dimensión noética (espiritual) del paciente puede modificar el curso de la terapia, pues las circunstancias sociales o patológicas no le impiden a la persona el ejercicio de esta libertad, la cual le devuelve su autonomía y capacidad de decisión.
Lo más increíble del Dr. Frankl, es que su propia teoría fue puesta a prueba, debido a que en 1942 la Gestapo lo apresó junto con su esposa Tilly, sus padres y su hermano, siendo confinados en los tenebrosos campos de exterminio judío de Türkhein, There-sienstad y Auschwitz. Allí incluso vio a su propia madre entrar a la cámara de gas junto con hombres, niños, ancianos y mujeres, todos víctimas de esa demencial guerra mundial.
Cortesía Armando Martí
El Führer Adolf Hitler y su gabinete
a comienzos de la Segunda Guerra Mundial.
Ante este inimaginable sufrimiento durante su confinamiento, el Dr. Frankl se dedicó día a día a buscar un sentido al dolor de los prisioneros. Para él esta experiencia de sobrevivencia personal la llamó “Experimentum Crucis”, situación que lo motivó a escribir en 1945 su famoso libro “Di Sí a la Vida a Pesar de Todo” con el título “El hombre en busca de sentido”, en donde comprobó que el ser humano tiene la capacidad interior de encontrar un significado en cualquier coyuntura de la vida, por tremenda y aterradora que esta sea.
En 1945 es liberado del campo de concentración y como testigo de excepción de su propio método logoterapeútico, continuó su carrera profesional siendo profesor en los Estados Unidos de la Universidad de Harvard, Stanford, Pittsburg y San Diego. De igual manera, ganó el premio Oskar Pfister de la Asociación estadounidense de Psiquiatría y recibió más de 29 Doctor Honoris Causa por sus inigualables aportes al estudio del comportamiento humano al crear la Tercera Escuela Vienesa de Psicoterapia, basada en tres fundamentos filosóficos existenciales para el individuo:
1. La libertad de voluntad (antropología): cada persona tiene la capacidad de tomar sus propias decisiones, por eso desde la libertad de elegir selecciona su destino sin convertirse en el títere del inconsciente colectivo.
2. La voluntad de sentido (psicoterapia): para el Dr. Frankl los métodos e intervenciones psicológicas, están enfocadas en la “percepción” del paciente hacia el componente externo, desconociendo o minimizando la idea de la conciencia humana como un don que lo hace único ante las demás especies.
3. El sentido de vida (filosofía): según los predicados logoterapéuticos, el sentido de la vida es una fuerza que no se pierde en ninguna circunstancia. Sin embargo, una conciencia confusa o desconectada de la realidad interior, puede llegar a ser un factor de incomprensión e ignorancia humana hacia este nivel tan necesario en nuestras vidas.
Eugenio Fizzotti y Arturo Luna:
dos de los discípulos más representativos de Viktor Frankl
Cortesía Armando Martí
El profesor Eugenio Fizzotti en compañía de Armando Martí durante sus conferencias de Logoterapia en su visita a Colombia
Uno de los principales promotores de la Logoterapia en el mundo fue el Padre Eugenio Fizzotti (1946 – 2018) llamado por el propio Frankl “su discípulo más amado” y quien fue profesor de filosofía y psicología, además de autor de 55 libros de Logoterapia y Análisis Existencial.
Durante varios años dirigió como periodista la Oficina de Prensa de la Dirección General de la Congregación Salesiana. De igual manera, desarrolló la enseñanza en las universidades acerca de la Psicología de la Religión y la Ética Profesional Salesiana en la Universidad Pontificia Salesiana de Roma, trabajo que ocupó hasta el 2008.
El padre Fizzotti visitó nuestro país hace unos años, invitado por mi profesor el psicólogo clínico y Logoterapeuta José Arturo Luna Vargas, fundador del Instituto Colombiano de Análisis Existencial y Logoterapia Viktor E. Frankl, en donde cursé mis estudios como Logoterapeuta con énfasis en adicciones. En esa época el Instituto tenía una alianza con la Universidad Santo Tomás (USTA) y la Fundación Universitaria del Área Andina para certificar a sus alumnos oficialmente.
Cortesía Arturo Luna
El Dr. José Arturo Luna Vargas, Director del Instituto Colombiano de Análisis Existencial y Logoterapia Viktor Frankl.
Igualmente, el Dr. José Arturo Luna Vargas fue otro de los discípulos queridos del Dr. Frankl de quien directamente recibió sus enseñanzas y aprobación con el fin de difundir el conocimiento en América Latina. El Dr. Luna, se especializó en problemas de drogadicción en Roma - Italia, con un Máster en la “La teoría práctica de la prosocialidad y las aplicaciones de la logoterapia” en la Universidad Autónoma de Barcelona, España. Su trayectoria fue premiada por el Colegio Colombiano de Psicólogos (COLPSIC) y con el Premio Nacional de Psicología 2012 al Desempeño Profesional Sobresaliente en Psicología.
Los Círculos de Diálogo Existencial
Cortesía Priscilla Du Preez
Una de las formas que más llamaron mi atención por la efectividad en el descubrimiento de la conciencia interior fue la técnica de los Círculos de Diálogo Existencial (CDE), que nos ayudaban a la confrontación de nuestros problemas de soledad y vacío existencial formándonos como logoterapeutas conscientes, al asumir las causas y consecuencias de cada una de nuestras decisiones.
Hoy recuerdo las palabras del Dr. Luna cuando me decía: “Armando, creo yo que en la vida lo importante no es tanto el ganar o el perder, si no el luchar”. Precisamente, mientras redactaba este artículo, me comuniqué con él para saludarlo y actualizarme de sus actividades.
Con el mismo entusiasmo de siempre me comentó sobre su último trabajo, un folleto titulado “¡Aprieta los dientes, sigue llorando, pero sigue luchando…!”. Allí hace reflexiones logoterapeúticas desde el optimismo trágico y nos invita a decir ¡Sí a la vida a pesar de todo! (frase insigne del Dr. Frankl), llenándonos de coraje para afrontar los difíciles tiempos que estamos viviendo en Colombia y las continuas crisis de esta convulsionada sociedad.
Por ejemplo, menciona a la educadora de paz Chiara Lubich quien afirmaba: “si a los 18 años hubiera adivinado el futuro y hubiera visto cuánto iba a sufrir, me hubiera muerto del susto, y hoy que cumplo 80 años quisiera vivir muchos más.”
Asimismo, agrega varios pensamientos de otros autores que iluminan nuestro camino hacia el sentido de vida:
- “El papá del científico Manuel Elkin Patarroyo dijo alguna vez, ¿qué es lo único en el mundo que nace grande y después se vuelve pequeñito hasta desaparecer? … ¡Los problemas!
- Si miras hacia atrás, no siempre te convertirás en estatua de sal como la esposa de Lot, verás en cambio cuántos dolores inmensos has superado.
- ¿Te acuerdas cuándo te quedaste sin trabajo? ¿Sin ese ser querido? ¿Cuándo desapareció tu juguete preferido? ¿Cuántas noches tenebrosas has atravesado y, sin embargo, sigues aquí y ahora, viviendo y luchando?
- Sí, es verdad. Qué fortaleza se siente cuando vives la humildad, cuando te sientes una nada, cuando aceptas el misterio y la impotencia.
- ¡Qué inmenso es el cosmos! ¡Qué infinito es el misterio! ¡Qué hormiga que soy! Pero igualmente una hormiga también es.”
¿Cómo encontrar el sentido?
Cortesía Quino Al
Todos necesitamos buscar un sentido a nuestras vidas, pero este sentido se debe seleccionar por sí mismo y no por otros. Yo soy quien debe descubrirlo con el fin de develar la imagen que llevo en mi interior. Por eso, es fundamental experimentar desde diferentes perspectivas hasta empezar a identificar las respuestas a la pregunta ¿quién soy yo? Uno de los caminos interiores más eficaces es el de oírse a sí mismo, actuando desde una intencionalidad positiva y justa. De ahí que debemos darnos cuenta de que poseemos un espíritu, el cual es la brújula que le da sentido a nuestras vidas.
Los pensamientos son invisibles como también lo es el espíritu. No obstante, existen algunas diferencias. Si nos quedamos en la mente, seremos esclavos del instinto, las emociones, el ego, la ambición de poder, riquezas y el reconocimiento social. Contrario al ámbito espiritual, en donde yo soy el capitán de mi propio barco que toma las decisiones para el bienestar y cuidado propio, pues el espíritu es en realidad la libertad.
La fuerza más poderosa para vivir, renacer, sobrevivir y actuar es la voluntad de sentido. Si sé realmente lo que quiero, logro una estructura interior sismo resistente a los tsunamis y terremotos emocionales, especialmente a la incertidumbre causada por la COVID – 19. Hay momentos tan graves en la vida que sólo se puede vivir en el presente sin grandes expectativas por nuestros recursos externos y materiales, aprovechando las circunstancias para potencializar nuestros recursos internos y mantener la vida simple.
Por eso, a continuación, les comparto algunas ecuaciones que a través del sufrimiento innecesario y entendiendo el significado del sufrimiento necesario, he podido resolver en mi vida personal:
1. Placer + placer x placer = displacer.
2. Poder + poder x poder = inseguridad e injusticia.
3. Inseguridad + displacer = vacío interior, confusión mental, enfermedad y adicción.
4. Voluntad de sentido + voluntad de sentido x voluntad de sentido = fortaleza, renacimiento, transformación, resiliencia, paz, armonía, amor incondicional y autotrascendencia.
Más allá de uno mismo
Cortesía Simon Wikes
La autotrascendencia es el don espiritual de llegar más allá de uno mismo, sintiendo compasión por el sufrimiento del otro. En la Logoterapia, la mejor forma de ayudar es a través de alguien que esté o haya pasado por algo similar logrando encontrar un sentido para su vida en medio de la crisis.
El propósito de este artículo de la sección Konciencia de kienyke.com, es que el lector encuentre una pequeña ventana con el fin de vislumbrar las posibilidades extraordinarias de reconectarse con su logos (espíritu), descubriendo el para qué, el por qué y el cómo de su liberación interior. Quiero finalizar con esta frase que le digo a mis asesorados y resume la importancia del sentido de vida: “¡Qué la fuerza de vivir sin esperar nada exagerado te acompañe siempre, pues con ella es posible lo imposible!”.
Bibliografía:
- El hombre en busca de sentido. Viktor E. Frankl. Herder Editorial. Barcelona, 1991.
- De Freud a Frankl. Eugenio Fizzotti. Ediciones Universidad de Navarra.
- Logoterapia: un enfoque humanista existencial. José Arturo Luna Vargas. Editorial San Pablo. Colombia, 1999.
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