Cortesía Jr. Korpa
Por: Armando Martí
En estas circunstancias de confinamiento social, paradójicamente he podido descansar mucho más que en mi anterior estilo de vida. Incluso, en los momentos menos pensados y a cualquier hora del día, experimento una agradable sensación de relajación física y termino dormido por breves períodos de tiempo. En ese estado, aparecen algunos sueños inquietantes y atemorizantes, otros simbólicos, fantásticos e incongruentes.
Precisamente, hoy quiero referirme a uno de los sueños más extraños que recuerdo en estos últimos meses de confinamiento social. Me encontraba en la ciudad de San Francisco (Estados Unidos) y a lo lejos identificaba el famoso puente Golden Gate, pero en una época pasada, como a comienzos de los año 1940. Yo deambulaba en medio de muchas personas que usaban tapabocas y otras que no. Angustiado me ponía el mío, pues sentía que entre ese tumulto lo más probable era contagiarme de la COVID – 19.
Cortesía Jr. Korpa
Sin embargo, se me dificultaba respirar y traté de bajar el tapabocas para que el aire entrara a mis pulmones, pero estaba pagado a mi cara. Mientras intentaba acomodarlo, escuché un ruido muy fuerte como el que produce un cable de alta tensión. Al mirar hacia el cielo, entendí que ese sonido provenía de docenas de insectos de gran tamaño. Pude calcular que cada uno media unos 30 centímetros de longitud. Eran terroríficos pues tenían tres cabezas y sus afiladas mandíbulas se abrían y cerraban como buscando alimento. Queríamos huir, pero nos atacaban de forma inclemente. Dos de ellos se posaron en mi cuello para morderlo. A pesar del miedo que sentía, hice acopio de todas mis fuerzas y rápidamente los quite de mi espalda y los arrojé al rio. Mirando hacia el piso, encontré un bate de béisbol y me dispuse a enfrentar con decisión a otros odiosos insectos que venían hacia mí. Entonces me desperté agitado y sudoroso. Cuando miré el reloj no habían pasado más de diez minutos de esa horrible pesadilla.
En busca de ayuda para entender este episodio onírico, me comuniqué con el psicólogo clínico, filósofo y profesor, Dr. Alfredo Alvernia, a quien conozco desde hace muchos años. Después de escucharme, el Dr. Alvernia procedió a tranquilizarme y me explicó que por causa del actual encierro al que estamos sometidos los seres humanos, en algunos casos se producen estas manifestaciones del subconscientes, las cuales generan muchísima angustia en las personas.
Además, la incertidumbre y el brusco cambio de hábitos hacen que no sólo soñemos con más frecuencia sino también es normal tener ensoñaciones y sueños vívidos e inquietantes. Me aconsejó tener una libreta y un bolígrafo en la mesita de noche, con el propósito de intentar escribir los sueños, ya que, al plasmarlos en el papel se produce una catarsis en nuestra mente para descansar del impacto emocional de las pesadillas. Lo que escribimos es útil al momento de interpretar alguna emoción o sentimiento reprimido en el inconsciente y por medio de una ayuda profesional, esta información se puede organizar con el fin de mejorar y equilibrar la salud mental y la calidad de nuestra vida.
¿Por qué y para qué soñamos?
Cortesía Johannes Plenio
Desde el comienzo de los tiempos el ser humano con su inteligencia y percepción ha sentido la necesidad de interpretar los sueños, aquella dimensión enigmática que revela un mundo premonitorio, fantástico y oculto. Recordemos que es a través de nuestro cerebro que recibimos imágenes, sonidos, sabores, olores, sensaciones y símbolos, los cuales están registrados por nuestras anteriores experiencias y almacenadas en el hipocampo en forma de memorias a corto plazo. En las noches mientras dormimos, estos contenidos son trasladados a la corteza cerebral donde se guardan por períodos más largos en el sueño y en el ensueño, potencializando nuestra capacidad de anticipación el futuro.
Por eso, no es de extrañar que la escritora Mery Shelley soñara con los protagonistas de su famosa novela Frankenstein antes de escribirla; o que el investigador alemán Otto Loewi, hallara durante un sueño las bases del experimento para descubrir el origen de la teoría química sobre la transmisión nerviosa que libera una sustancia química a la cual llamó neurotransmisor (descubrimiento que lo hizo merecedor en 1936 del Premio Nobel de Medicina); y como también le sucedió al famoso ex integrante de los Beatles, Paul McCartney, quien se inspiró mientras dormía en una agrupación de notas que luego fueron la melodía de la icónica canción Yesterday. Pero ¿por qué la gente tiene ese impulso colectivo de encontrar respuestas a los significados ocultos de los sueños?
Sin lugar a duda, los sueños constituyen una parte esencial de nuestra vida, pues su función no sólo es la de restaurar y compensar a nivel corporal las células y la demanda energética de las funciones biológicas/químicas, sino también de proteger el sistema inmunológico con el objetivo de reprogramar toda la información intelectual y emocional, desarrollando estrategias de supervivencia.
Cortesía Jr. Korpa
Ahora bien, para poder llegar a interpretar los mensajes de los sueños, reitero que se requiere de la ayuda de un profesional calificado en las áreas de psiquiatría, psicología y psicoterapia. Es fundamental tratar de recordar la mayor cantidad de detalles sin hacer esfuerzos por adornarlos o censurarlos, observando el contexto en un orden lógico hasta hacer una asociación libre de cada fragmento con el propósito de ir estableciendo y relacionando aspectos de la vida del soñador. Esto se puede realizar mediante una mini grabadora o desde una aplicación en el celular, lo importante es conservar claros los pormenores para analizarlos bien, ya que, al regresar a nuestro estado de vigilia la mayoría de las imágenes se olvidan.
Cabe resaltar, que toda interpretación onírica siempre va a carecer de una pieza maestra pues el inconsciente tiene fronteras provisorias que ayudan a marcar un límite temporal hacia lo desconocido, lo impenetrable y lo absoluto. De este modo, se logra prevenir al ser humano de no acceder tan de prisa o de forma desbordada a estos datos, que, de no ser asimilados de forma adecuada, pueden desequilibrar el sistema nervioso tan necesario para mantener la salud integral.
Las teorías modernas de la neurociencia sugieren que los sueños son sinfonías vibracionales de neurotransmisores con la capacidad de estimular los centros emocionales de la mente, pues en este estado las sustancias químicas como la serotonina y noradrenalina caen exponencialmente y apagan las partes cerebrales que gobiernan la razón, la memoria y la atención. En otras palabras, los centros que controlan las emociones están acelerados, mientras aquellos que controlan el pensamiento lógico están frenados. Como resultado, el cerebro crea una historia con el mayor sentido posible a partir de la información que recopiló en el transcurso del día.
Por eso, las pesadillas son más frecuentes cuando la persona está bajo un estrés emocional muy fuerte, como el que estamos atravesando actualmente a consecuencia del ataque a nuestra salud de la COVID – 19, al igual que al haber sufrido una pérdida afectiva, económica o de cualquier índole. En consecuencia, el cerebro tiende a reproducir los recuerdos relacionados, ya que el encéfalo (parte central del sistema nervioso) integra una experiencia anómala y paradójica a la autobiografía de cada persona, para que los eventos traumáticos se asimilen en el momento apropiado.
Lo más asombroso es que aún no se conoce con exactitud por qué el ser humano sueña, pero sí es claro que desde la antigüedad hasta la modernidad ha habido intentos para encontrar un sentido y darle una lectura a estos elementos que nos acompañan desde que nacemos hasta que morimos. Con el fin de desmitificar el misterio en torno al mundo de los sueños, a continuación, relaciono algunas interpretaciones sustentadas desde el psicoanálisis, la psicología y onirología que nos pueden ayudar a comprender algunos de los sueños más recurrentes durante la vida, resignificando los mensajes que percibimos desde el aparato psíquico y nuestro mundo interior:
Cortesía Jr. Korpa
- Enfermedad: soñar que estamos enfermos puede significar cambios químicos y biológicos en el metabolismo y una posible crisis nerviosa. Es primordial atender las necesidades propias, pues son manifestaciones de un exceso emocional ocurrido por el estrés y la sobre exposición del trabajo en casa, junto con la híper información recibida a través de las redes sociales y las noticias cotidianas, por demás desesperanzadoras.
- Insectos: aluden a preocupaciones, miedos y ansiedades reprimidas. Además, si aparece una cantidad interminable de insectos, sugiere que hay una confusión por una situación no resuelta. Por último, es un recordatorio de que el ser humano no está solo en el planeta y debe aprender a vivir en comunidad.
Cortesía Jr. Korpa
- Puente: representa la unión entre dos cosas diferentes y por eso, expresa la necesidad de conciliarse o entenderse con alguien. Si caminamos de espaldas en el puente, denota nostalgia de un amor perdido o una decisión que conlleva a la despedida. Si, por el contrario, se cruza el puente mirando al horizonte, es señal de fuerza interior para lograr una mejor actitud ante los problemas de la vida.
- Muerte: simboliza el mundo de lo oculto, pero a su vez es la oscuridad que precede al renacer espiritual. La muerte en los sueños es la finalización de una etapa o un aviso para resolver situaciones que hasta el momento son insostenibles. También denota un proceso de maduración interior en donde la persona se está convirtiendo en un ser con más dominio de sí mismo, reflexivo y espiritual, comprendiendo mejor la profundidad y la fragilidad de la vida.
- Accidente: los impases son señal de una mala coordinación psicomotriz, es decir, un reflejo de inseguridad personal. Asimismo, es un aviso del inconsciente acerca de una preocupación en la vida cotidiana que no se logra captar, quizás alguna ruptura sentimental, problemas de salud, resentimientos y falta de perdón hacia sí mismo o hacia algún miembro de la familia.
Cortesía Jr. Korpa
- Agua: es el elemento que simboliza el principio y el fin de todo lo universal. Fluido femenino, representación material de luz, purificación y limpieza. Cuando en el sueño la persona se ve sumergida en el agua, es señal de un renacer hacia la fuente de la vida. Por el contrario, si se sueña viendo un rio, puede indicar separación, mientras que cruzar el agua es estar cumpliendo con el destino y andar sobre el agua muestra la trascendencia de los condicionamientos de la existencia. Las aguas turbulentas son la expresión de miedos y temores profundos que “ahogan” al individuo sin encontrar una salida o solución.
- Desnudez: el estado primordial del ser humano es la desnudez. Soñar que estamos desnudos significa el desapego de los bienes terrenales para acceder a la auténtica esencia. Si durante el sueño la persona está desnuda y no siente vergüenza, es un reflejo de que ya ha superado algunos prejuicios morales impuestos por la sociedad. A un nivel psicoanalítico, según Sigmund Freud, es una muestra de los deseos sexuales reprimidos y para Carl Jung, es una sensación de libertad emocional y alegría espiritual.
Cortesía Jr. Korpa
- Infidelidad: la relación de pareja está atravesando una mala racha. Un miedo profundo hacia el abandono y el rechazo que tiene origen en la infancia, causando una herida emocional en el niño interior que impide el crecimiento y la realización personal. De igual manera, proyecta un sentido de culpabilidad al no poder expresar los deseos más profundos a su pareja por temor a ser juzgado, lo que impide que se afiancen los vínculos de amistad y comprensión.
- Sangre: si la persona sueña que está perdiendo sangre, indica que hay fugas de energía vital y debe evaluar qué situación le produce este estado. Sin embargo, si nosotros mismos nos propiciamos la herida, es posible que necesitemos un tiempo de soledad y reflexión para saber qué es lo que realmente queremos en la existencia.
- Sexo: representa la búsqueda de la satisfacción personal basado en los deseos ocultos. El inconsciente se encarga de recrear estas fantasías placenteras para compensar la ausencia de la práctica sexual. Desinhibición de la represión y los tabúes sociales para darle libertad a algunos rasgos de la personalidad escondida, con el fin de madurar y consolidar un Yo más seguro.
Cortesía Jr. Korpa
- Volar: sueños de origen espiritual que desligan a la persona de las molestias propias de la vida terrenal. Una forma de escape ante la realidad y una señal de que se está avanzando por los diferentes planos del universo multidimensional. Este sueño ofrece símbolos de libertad y sanidad interior, conectándonos entre la congruencia de lo que decimos, queremos y hacemos. También, habla de que la persona tiene certeza sobre lo que desea en la vida y puede superar cualquier obstáculo que le impida su felicidad.
Recordemos, imaginar es la mitad del camino y de nosotros depende despertar de la pesadilla de la COVID-19 para replantear muchos de los hábitos que anteriormente teníamos desde la orilla de la responsabilidad, el autocuidado y el respeto hacia la vida de los demás, acatando los protocolos de bioseguridad y evitando el contagio masivo del coronavirus. Además, es necesario prepararnos a través de una nueva conciencia social con el propósito de superar los desafíos del post coronavirus y sus implicaciones para la construcción de un “nuevo mundo”. Como escribió el poeta español, Antonio Machado (1875 – 1939): “Si es bueno vivir, todavía mejor soñar, y lo mejor de todo, despertar”.
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