Cortesía Mohammad Metri
Por: Armando Martí
Antes de la comunicación verbal los humanos nos entendíamos a través de las expresiones faciales, las posturas y los gestos. De esta forma, nuestras emociones eran proyectadas sin el filtro de las palabras.
Posteriormente, con la formación del neocórtex empezamos a ordenar los sonidos en palabras desde la sintaxis, cuyo propósito es organizar los signos y símbolos para entender y expresar el mundo que percibimos. Muchas veces, aprendiendo a disimular la verdad mediante las palabras como una estrategia de sobrevivencia ante diferentes situaciones de la vida.
Sin embargo, al cuerpo no es posible mentirle. Conscientemente, podemos afirmar frases que contradigan lo que sentimos, pero tarde o temprano, nuestro inconsciente revelara la verdad a pesar de cualquier esfuerzo por intentar ocultar nuestros deseos. Por esta razón, la intuición hace que confiemos más en lo que vemos que en lo que escuchamos.
Ahora bien, si queremos tener certeza sobre lo que nos cuenta y afirma nuestro interlocutor, basta con detenernos y observar si lo que está diciendo es congruente con la posición de su cuerpo y los gestos que realiza.
Es como cuando vemos una película cuyo idioma no entendemos, los subtítulos se convierten en la guía para comprender la historia. También, podemos comprobar el poder expresivo del lenguaje corporal observando las viejas películas del cine mudo, allí se entendía toda la trama sin la intervención de las palabras.
Es importante entender que el lenguaje no verbal, está contenido en el circuito de la comunicación verbal y cuenta con un emisor y un receptor, un mensaje y un canal unificador.
En este caso, es el subconsciente del emisor quien a través de su cuerpo envía otras señales no convencionales que pueden develar sus verdaderas intenciones.
Entonces, si el receptor está bien entrenado en estas técnicas de comunicación analizará los gestos, la postura corporal, la dirección de la mirada y los movimientos oculares del interlocutor, llegando a conclusiones muy interesantes para verificar la autenticidad de la conversación y su mensaje de fondo.
Recordemos que nuestro cerebro se comunica mediante tres canales: el racional, el emocional y el intuitivo. El primero, se encarga de filtrar la información y las sensaciones que no estamos dispuestos a transmitir. No obstante, los dos últimos, queramos o no, revelan de forma certera los datos más ocultos de la persona cuya acción es proyectada en el lenguaje no verbal.
En resumen, si lo que afirmo es consecuente con los movimientos de mi cuerpo y la gestualidad de mi rostro, es creíble y sincero. De no ser así, estoy haciendo un intento por acomodar a través de un guion lo que quiero encubrir.
Otro aspecto interesante de esta práctica es el de centrarse en la cara de quien pretendemos analizar. Se dice que los ojos son el espejo del alma, pero también las “micro expresiones” del rostro aportan valiosa información, pues son medios muy poderosos para difundir las emociones.
La importancia del lenguaje no verbal en nuestra vida cotidiana se refleja, en que es 20 veces más potente que la comunicación verbal.
Por lo tanto, si logramos aprender a usar estas herramientas es posible mejorar la interacción con los demás, comunicando nuestra verdadera identidad con precisión y entendimiento al emitir sentimientos libres de engaños.
De este modo, las cosas que emprendamos tienen un alto índice de éxito pues “cuando las cosas son claras son doblemente mejor”.
Descubriendo el valor del lenguaje no verbal
Cortesía Ryoji Iwata
Es de anotar, que el cerebro es un canal que distribuye la energía tanto física como emocional y activa las facultades de la mente para la interpretación de todo tipo de códigos, símbolos y lenguajes con el fin de entender mejor la realidad exterior e interior.
Como practitioner en PNL (Programación Neurolingüística) y experto en lenguaje no verbal, soy consciente de la importancia del intercambio de información entre dos o más participantes al momento de transmitir, recibir e interpretar un mensaje.
Estas técnicas son de gran utilidad, ya que permiten conocer más a fondo los patrones de comportamiento y la verdadera intencionalidad de las personas a nivel laboral, social, familiar e incluso en la relación de pareja.
Por ejemplo, durante los tres años que duró mi paso por la Fiscalía General de la Nación en calidad de asesor del despacho y de recursos humanos, logramos consolidar un equipo interdisciplinario compuesto por psicólogas, logoterapeutas, expertos en PNL y comunicación no verbal para crear un módulo de bienestar laboral llamado: “Programa de Humanización para la FGDN”.
Su finalidad inmediata era la de mejorar el clima laboral no sólo en la sede central de Bogotá, sino también en todos los departamentos del País.
Para el efecto, realizamos con éxito varios talleres y laboratorios vivenciales orientados hacia la gestión emocional y la capacitación del análisis de la comunicación no verbal, dirigido a cientos de sus más altos funcionarios.
Asimismo, desde hace muchos años he venido aplicando y enseñando estas eficaces herramientas transformativas en grandes compañías multinacionales y destacadas organizaciones de la construcción, la industria y el comercio. Del mismos modo, en sectores de la salud, la banca y los fondos de inversión junto con algunas empresas del sistema integrado del transporte público.
Cortesía Bonnie Serizawa
Mi más reciente intervención en el análisis de la comunicación no verbal fue durante una entrevista televisiva, realizada por un reconocido medio internacional.
Su objetivo primordial era que un como experto en PNL, interpretara el lenguaje corporal en la posesión del nuevo Presidente de Los Estados Unidos, Joe Biden junto con la Vicepresidenta, Kamala Harris.
Durante el tiempo que duró este ejercicio, pude observar y contarle a la gran audiencia televisiva la cohesión entre las palabras, la postura, los gestos y las micro expresiones de los rostros de estos altos gobernantes.
Este análisis reveló que existe una dinámica confiable en este nuevo mandato presidencial de Joe Biden, además complementado de forma acertada al escoger como su dupla a Kamala Harris, la primera mujer que históricamente logra llegar a la vicepresidencia de ese país.
Sencillas técnicas para revelar el lenguaje no verbal
Cortesía Omid Armin
Con el fin de concluir este breve excursus sobre la importancia de conocer la comunicación no verbal consigo mismo y con los demás, hoy quiero compartirles algunas técnicas sencillas para ser aplicadas en nuestra cotidianidad y despertar su curiosidad e interés en todos estos temas humanísticos y existenciales que nos producen tanto bien.
1. Expresión de la mirada: en medio de una conversación cara a cara, es posible identificar patrones de mentiras. Por ejemplo, si la persona hace un contacto visual prolongado sin pestañear puede estar evadiendo ser descubierto en el engaño, al igual que el gesto de frotarse los ojos. Mientras que apartar la vista a los costados, es señal de deshonestidad e incluso aburrimiento por el tema del cual se está hablando.
2. Tocarse la nariz: es una demostración comúnmente conocida como la “respuesta de Pinocho”, a quien le crecía la nariz cuando decía una mentira y que también indica malestar, enojo y una contradicción frente a lo que se va a decir.
De igual manera, a nivel biológico al momento de mentir la nariz segrega una sustancia conocida como catecolamina, en otras palabras, un tipo de neurohormona elaborada por las células nerviosas y usada para enviar avisos de estrés, que causan un ritmo cardiaco alto junto con dolores de cabeza, sudoración y ansiedad.
Todas estas exageradas reacciones son las que registra los polígrafos y softwares de algoritmos inteligentes, para descubrir la verdad y la mentira en personas sospechosas.
3. Simular las sonrisas: manifestación usual al momento de ocultar o disimular un acción de falsedad. Cuando una persona sonríe con sinceridad activa la mayoría de los músculos faciales, especialmente marcando las arrugas de los ojos. Por eso, es considerado un signo de interés e inclinación positiva hacia la conversación.
Diferente a una sonrisa fingida, que casi siempre es de medio lado y donde sólo se mueven los músculos de la mitad inferior de la cara, mientras que los ojos permanecen estáticos sin vestigios de curiosidad o aprecio hacia la persona.
Cortesía Kelly Sikkema
4. Postura de las manos: los movimientos de las manos según el contexto evidencian despreocupación, represión, trampas o fingimiento. Por ejemplo, cruzarse de brazos es un rasgo defensivo de rechazo y desaprobación.
En tanto que las palmas de las manos abiertas, es un detalle de honestidad y lealtad pues prueba de que no se está ocultando nada y aporta credibilidad en la comunicación.
A la vez que apuntar con un dedo cuando la mano permanece cerrada, es un ademán de agresión y contención de sentimientos negativos que le da a la persona un sentido de superioridad y victoria sobre el resto.
5. Intranquilidad en las piernas y los pies: cabe aclarar, que las piernas y los pies son las partes del cuerpo más alejadas del cerebro, es decir, resulta difícil mantener un control racional sobre estas. En consecuencia, cuando las piernas tiemblan hay una irritación palpable por parte del interlocutor o receptor frente a los temas de la conversación.
Ahora bien, sentarse con una pierna elevada y apoyado sobre otra, es una postura común en los hombres para demostrar cierta competitividad y estatus. Opuesto a la posición de las piernas junto con los brazos cruzados, que expone algo de desagrado emocional por la forma en que se entabló el diálogo.
6. Tono de voz: el volumen (intensidad) y ritmo (timbre) de la voz son elementos esenciales dentro del lenguaje no verbal, ya que una persona cuando miente hace pausas más largas al momento de contestar y le incomoda los silencios en una charla.
Asimismo, un volumen bajo y un tono formal significa un estado de tristeza, aunque un volumen y tono bajo son muestra de desinterés. De igual modo, el hablar de forma muy rápida implica altos niveles de nerviosismo, en comparación con un volumen alto y un tono decidido que demuestra confianza.
7. Tocarse con bastante frecuencia: dado que la mentira resulta incomoda, las personas intentan aliviar la tensión a través de excesivos movimientos como morderse los labios, tocarse continuamente las orejas, rascarse las cejas y el cuello, acariciar el pelo sin parar y fruncir el ceño, sin duda resultan indicadores de que algo no anda bien.
https://www.youtube.com/watch?v=8FDMHlcqg3E&feature=youtu.be
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