Cortesía Muaz Aj
Por: Armando Martí
El amor es la energía que anima todas las cosas. Su vibración hace que nos sintamos vivos, dispuestos y unidos para afrontar los desafíos de la existencia.
El amor es luz y sombra, tristeza y alegría, inteligencia e impulso. Es el todo y otras veces, la nada. Por eso, el amor es una paradoja, es decir, una idea, un sentimiento o un hecho que contradice a la lógica, pero a la vez, la complementa.
El amor más que una cuestión del cuerpo y del instinto, es también un camino hacia la libertad del alma. En consecuencia, es mágico y aparece cuando menos lo esperamos y se esfuma sin explicación alguna.
Este sentimiento es capaz de hacernos sentir pletóricos de juventud o también conducirnos hacia una triste vejez prematura. Pensamos que el amor se inicia desde el relámpago de una “nueva” oportunidad. Por tal motivo, nos ponemos la venda de la idealización hacia el otro y volamos con sus alas prestadas sin conocer las nuestras.
Esa es la razón por la cual, desgastamos el vínculo amoroso al abrumar con demasiadas expectativas y exigencias a quien es tan imperfecto como nosotros.
He conocido a muchas parejas que al elegir el camino de la ilusión y la fantasía en busca de un amor perfecto y además un final feliz, se han perdido por los oscuros bosques de su propia confusión, obsesión y miedo.
Se olvidan de que su pareja es un espejo, el cual refleja los defectos propios que más queremos ocultar. Por ejemplo, aquellos que apagan el amor son: los celos, la competencia, el deseo de tener siempre la razón para ejercer el dominio y la posesión hacia el otro como si fuera un objeto más de su propiedad y lo que es peor, el cobro de “facturas” no resueltas causadas por las heridas o decepciones de las parejas anteriores.
Por lo tanto, el amor es dulce y también muy amargo. Una pareja sana aprende a vivir y a gozar el agridulce sabor del amor, aceptando al otro tal y como es, sin pretender cambiar su temperamento o carácter.
Reconocer y superar nuestros defectos, es la gran tarea para lograr el bienestar integral y desde esa conciencia personal, compartir la felicidad con el ser amado.
El amor sano sólo puede desarrollarse entre personas sinceras y maduras, que no tengan temor de decir lo que sienten. Sin duda, la necesidad de amar y sentirnos amados es el propósito de la vida.
San Valentín: una historia de amor y dolor
Cortesía Dominio Público
El próximo 14 de febrero se celebra en muchos países del mundo el día de San Valentín. Una fecha muy particular para los enamorados y que, desde hace unos años en Colombia ha cobrado importancia.
Esta festividad se remonta al siglo III en Roma, cuando un sacerdote católico llamado San Valentín (canonizado tiempo después), se opuso a la orden del emperador Claudio II, quien había prohibido la celebración de uniones de parejas jóvenes, pues consideraba que si los hombres permanecían solteros serían soldados a su servicio mucho más fuertes y libres.
El emperador Claudio II sentenció a muerte por decapitación a San Valentín el 14 de febrero del año 270, porque descubrió que este sacerdote a pesar de su mandato celebraba en secreto matrimonios para jóvenes enamorados.
Más adelante, la comercialización de esta celebración se dio gracias a la norteamericana Esther A. Howland, quien a mediados de 1840 puso en venta tarjetas de regalo con dibujos románticos que ella misma pintaba. Desde entonces, se conmemora este día como una oportunidad de manifestar el amor a través de diversos regalos y tradiciones.
Un viaje hacia el amor sanador
Cortesía Giorgio Camozzi
En medio de esta crisis mundial y ante la incertidumbre del ataque del coronavirus a nuestra salud, quise descansar de tantas noticias dramáticas y estresantes para buscar espacios de calma y soledad, con el fin de mitigar los efectos adversos de esta inimaginable situación mundial y para el efecto, me refugié en mi biblioteca.
Después de recorrer con interés algunos de los estantes, elegí leer uno de los libros del admirable profesor Francesco Alberoni, titulado “Lecciones de amor” (Editorial Gedisa).
En esta obra, de una manera clara y profunda, el autor nos explica cuál es la diferencia entre el amor, el enamoramiento y la infidelidad, al igual que las tentaciones amorosas y los impulsos más inconscientes para satisfacer los deseos ocultos.
Alberoni es famoso por sus estudios sobre los sentimientos, los movimientos colectivos, los valores y las virtudes que inspiran a las parejas en busca del amor. Asimismo, es profesor de sociología en la Università San Pío V de Roma, columnista del periódico del Il Corriere Della Sera y, sobre todo, un gran escritor.
Con el ánimo de complementar la celebración del día de San Valentín, quiero hoy compartir con ustedes algunas ideas e investigaciones en torno al amor gestadas por el profesor Alberoni, con la intención de que encuentren en estos textos respuestas confiables y reveladoras sobre la paradójica fuerza que mueve al mundo: el amor.
“Enamoramiento y amor”
Cortesía Joel Overbeck
1. ¿Enamorarse es una necesidad?
Además de una necesidad, es una gran fuerza; la única capaz de establecer vínculos fuertes fuera de la infancia y de la familia. Dos personas que no se conocían, de la nada al enamorarse, se vuelven indispensables la una para la otra.
2. ¿Nos enamoramos de alguien parecido o diferente a nosotros?
Ni de uno ni de otro y de ambos. Porque nos enamoramos de quien nos llena, nos enriquece y luego de algún modo debe sernos afín para brindarnos cosas que podamos asimilar, pero también distinto y hasta cierto punto incluso opuesto, para brindarnos aquello que no tenemos.
3. ¿De quién nos enamoramos?
De la persona que en el singularísimo período en el que estamos predispuestos a enamorarnos, nos atrae con su comportamiento y sus sentimientos; con sus valores y su impulso; su calor, su inteligencia, sus ganas de vivir, su belleza y el placer que nos hace sentir que juntos podemos realizar nuestros deseos más intensos y esenciales, incluso los prohibidos, los que no hemos tenido el valor ni de confesarnos a nosotros mismos.
Aquella con la que podemos colmar los vacíos del alma y desarrollar nuestro potencial. Al mismo tiempo sentimos una atracción irresistible y la necesidad de fundirnos espiritual y físicamente con ella.
4. ¿Es lo mismo enamoramiento que amor?
Es sorprendente con qué rapidez la gente se enamora y desenamora. En realidad, el amor más profundo no es enamoramiento, pues como toda transformación radical en la vida, aparece sólo una vez o nunca.
Muchas personas creen estar enamoradas cuando en realidad no lo están. Pueden tener un fuerte interés erótico por otra, pensar en ella continuamente, pasar horas felices a su lado. Y, al cabo de cierto tiempo, perder ese interés porque en el fondo se sienten insatisfechas.
5. ¿Es posible la fidelidad recíproca duradera?
Muchos afirman que no, pero eso no es cierto. Es algo que puede pasar también durante largos, larguísimos, períodos, por veinte, treinta años. Y también entre personas que en principio siempre han sido muy libres y no tienen escrúpulos religiosos. La fidelidad es siempre fruto de la voluntad. Pero esta elección no debe ser entendida como una renuncia.
6. Entonces, si el amor puede provocar tanto sufrimiento, ¿qué tiene de bueno?
Convierte cada instante de tu vida en algo pleno, intenso, vibrante. El pensar en tu amado, calienta tu corazón. Sentir su voz te tranquiliza, estás tan contento como un niño jugando con su juguete preferido. Cuando le ves te emocionas, corres a su encuentro y te abandonas, feliz. Cuando le estrechas y él te estrecha fuerte, sientes que tienes entre los brazos lo máximo que deseas en el mundo.
Pero, el amor también es bello cuando es espera, deseo, ansiedad, incluso cuando te hace correr con el corazón en la boca, porque convierte la vida en intensa, rebosante y llena de significado.
7. Finalmente ¿cuáles son las reglas para que una pareja perdure en el tiempo?
Me vienen a la cabeza, cuatro.
- La primera es la regla de la amabilidad: tratar siempre bien al otro, no insultarle, no reñirle por tonterías, procurar comprender sus gustos, no imponerle los propios y respetar sus creencias políticas y religiosas.
- La segunda es la regla del placer sexual: hacerle sentir deseado y hacerse desear. No fingir un placer que no se siente porque se le encamina por una senda equivocada.
- La tercera es la regla de la variedad: evitar la monotonía, inventar nuevas maneras de estar juntos, crear espacios de libertad y no ser opresivos. También observando lo que le complace, excita y hace sentir orgulloso.
- La cuarta es la regla de la entrega: ser fiel, leal y ayudarle hasta el final en cualquier dificultad. Responder de inmediato a su llamado de ayuda. Si se respetan estas cuatro reglas, la pareja puede durar mucho tiempo.
De la sombra a la luz del amor
Cortesía Pablo Heimplatz
Para mí, el amor es una experiencia para vivirla con el corazón y el alma, en donde todo es posible pues de esta unión, nacen infinitos matices que nos conectan con lo espiritual.
La vida en pareja con todas sus decepciones, preocupaciones y angustias también es bella y maravillosa. La mayor dificultad del amor es cuando la soberbia y la mentira le ganan a la humildad y al perdón.
Por eso reiteró, que el principal fin del amor en pareja es el de la confianza y la intimidad, como resultado del triunfo del coraje sobre el miedo y la indecisión, que en el fondo son los factores que impiden la construcción de un amor confiable y auténtico, es decir, un verdadero amor sin condiciones.
https://www.youtube.com/watch?v=KZNILG3QR5k&feature=youtu.be
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