Cortesía Aaron Burden
Por: Armando Martí
Desde que comenzó esta pandemia a causa del COVID-19, he tenido grandes lecciones de vida. Especialmente, la de poder adaptarme a cualquier circunstancia por difícil que sea.
Sobrevivir es aprender a vivir de una forma muy diferente a las expectativas y paradigmas que impulsaban mi existencia. Ahora soy más consciente, que nada está por encima de la salud física, el manejo adecuado de las emociones y el equilibrio mental.
Atrás quedaron muchos espejismos de statu quo, consumo y delirios materiales. Por fortuna, descubro que existen nuevos destinos para todos desde la orilla del sentido común, la calma y la humildad.
Cuando logro cambiar mi manera de pensar, todas las cosas a mi alrededor también cambian. No gasto mi energía vital con actitudes pesimistas. El cerebro no se fatiga al reflexionar, pues esa es su función esencial y el agotamiento proviene de “imaginar” que algo malo sucederá.
Por eso, debo auto regularme y poner límites al recibir el exceso de información y contenidos trágicos, agresivos y pesimistas de las redes sociales junto con algunos medios amarillistas, ya que esa influencia me impide pensar con claridad y adueñarme de mis decisiones.
A través de mi autonomía puedo ser consciente de la situación real en la que estoy, para generar estrategias inteligentes de superación y sobrevivencia
Sin duda, esta acumulación de ideas obsesivas, impiden el desarrollo armónico de mi existencia. Hoy he logrado crear un presente libre de recuerdos dolorosos y resentidos de un pasado que ya no se puede cambiar.
Esperar lo inesperado, vivir el aquí y el ahora, hacer las cosas con calma y no hacerme daño y muchos menos hacer daño a los demás, son mis nuevos lemas existencias. Ahora tengo la capacidad de reconstruirme, renacer y seguir realizando los cambios que necesite.
Para mí ha sido muy importante el aprender a estar solo y disfrutar de mi propia compañía, identificando la voz del alma que me guía hacia el autoconocimiento con el propósito de dejar de lado el miedo y la indecisión, al igual que superar el dolor y la frustración de los desafíos cotidianos, alcanzando la felicidad a pesar de todo.
Una luz en nuestra historia
Sin duda, al resignificar la historia de cada uno, podríamos identificar aquellos sentimientos de culpa y vergüenza que nos agobiaban para reemplazarlos por actos de conciliación con el mundo.
Desde esta orilla el camino se vuelve más confiable. Ahora ya no buscamos la perfección, pero sí la serenidad, la disciplina y el compromiso, gozando de la alegría de ser compañeros sinceros de nuestra propia soledad.
Señales de un camino libre
Cortesía Guilherme Stecanel
A largo del confinamiento, he vivenciado algunas señales del camino ayudándome a ser mi mejor amigo para cuidarme y ser compasivo conmigo mismo.
Debo admitir que en el pasado y por estar enfocado en seguir escalando y obteniendo reconocimiento familiar y social, vivía dividido entre el personaje que interpretaba y aquel que realmente era. Esta dicotomía entre el “tener” y el “ser”, agotaba lentamente mi bienestar interior.
Algunas veces, cuando me miro en el espejo desde la inteligencia intuitiva busco reconciliarme con ese extraño ser que habita en mi interior: mi propia sombra, que me impulsa y obliga a correr y a acumular cosas, privándome de los pequeños y sencillos instantes, los cuales hacen que la vida valga la pena.
Superando el ego enfermo
El ego tóxico está basado en las heridas esenciales
de infancia, así como también en los complejos, culpas, miedos
y vergüenza acumuladas a través de los años. Estas son algunas debilidades que quitan
la seguridad en sí mismo, impidiendo desarrollar la autenticidad y la creatividad.
Por eso, hoy tengo la certeza que “vivir sin prisa y de forma consciente” es el mejor regalo que la experiencia y el sentido común me han otorgado.
Ese inteligente y sabio equilibrio que he encontrado al efectuar pausas en mis afanes, por medio de la meditación, la oración y la práctica de la respiración controlada, han contribuido grandemente a alcanzar un nivel de paz que se produce en mi interior, el cual me genera una nueva sensación de bienestar, alegría y libertad que se mantiene en el tiempo
Este estado de sosiego no es negociable y tampoco lo cambiaría por nada. Creo que ninguna oferta material o social que el sistema me ofrezca, puede superar esta sensación de ser feliz viviendo despacio sin ser “esclavo del tiempo”. Hoy soy alguien que se toma todo el tiempo del mundo para vivir de la manera más sencilla y simple que pueda crear.
Experiencias para vivir libre y sin prisa
Cortesía Dominik Reallife
A continuación, quiero compartirles sencillas y muy valiosas herramientas que me ayudaron a disfrutar desde la orilla de mi nueva tranquilidad, una mejor calidad de tiempo, vida y sobre todo de paz mental.
1. Para iniciar el día sin afanes, se puede programar el despertador 10 minutos antes de lo habitual, con el fin de realizar las actividades de la mañana como desayunar y después conectarse al trabajo en casa de manera alegre y calmada.
2. Es fundamental mantener una actitud de gratitud a lo largo del día. En otras palabras, incorpora en tu rutina de forma virtual o presencial (con los elementos de bioseguridad) un saludo de “buenos días”, “por favor” y “gracias” a todas las personas que te encuentres a lo largo de la jornada. De esta manera, se produce un efecto armónico en el otro.
3. Evita hacer dos o hasta tres cosas a la vez. Por el contrario, mantén la atención enfocada y concéntrate omitiendo las distracciones digitales. Así puedes maximizar el tiempo y minimizar los espacios de procastinación.
4. No satures el día de trabajo en casa. Aprende a conocer las alarmas que envía tu cuerpo cuando acumulas tensión emocional o mental por estar conectado(a) a las redes sociales, al celular o al computador. Con estas pausas, es posible distribuir mejor tu día haciendo las cosas más importantes y dejando espacio para la recreación, el amor al servicio a los demás y el buen humor.
5. Dedica un tiempo a realizar caminatas solo o en compañía, con el fin de distraerte, tomar aire y movilizarte alrededor de la ciudad sin necesidad de utilizar un automóvil.
6. En lugar de pasar tanto tiempo frente a las pantallas del televisor o celulares móviles, intenta fomentar la lectura de textos que llenen el alma de conocimiento armónico.
7. Procura escuchar música clásica o de relajación para equilibrar las ondas cerebrales, permitiendo tener una actitud más empática y solidaria con los demás.
Reflexión final
El dominio de sí mismo no sólo nos fortalece y sana, sino que además nos regala la experiencia de la libertad. La mejor forma de ayudar a las personas que amas es guiarlas con tu ejemplo, para que encuentren el increíble valor que habita en ellos mismos.
Se crece y madura interiormente cuando dejamos de buscar las respuestas en el exterior y las encontramos en nuestro interior. El buen maestro nunca escucha desde la psique sino desde su intuición. Se conecta con la energía del corazón, limpiando y eliminando los procesos inconscientes de la mente, que impiden alcanzar el éxito en la vida.
El amor es una calle en dos sentidos, que debe recorrerse desde lo oscuro hasta lo luminoso, con la mente abierta y sin miedo. Deja una huella positiva en todo lo que haces, no huyas de tus emociones y encuentra propósitos sencillos para tu vida. Al dedicarte a dar y perdonar contribuyes a que el mundo empiece a ser más consciente y tolerante.
https://www.youtube.com/watch?v=8kRcLO5oor0
Comentarios