Presidente de Colombia: Juan Manuel Santos
En 1993 los colombianos nos asombramos con el estreno de la película: “Una propuesta indecente“ del director Adrian Lyne, protagonizada por Robert Redford, Demi Moore, y Woody Harrelson. Este film cuenta la historia de un matrimonio que atraviesa problemas económicos, acudiendo a los casinos de Las Vegas, para probar suerte. Un multimillonario, que también se encontraba allí, se fascinó con la belleza de esa mujer, ofreciéndole al matrimonio un millón de dólares, por pasar una noche con ella.
Es así, como esta ´´propuesta´´, que parecía ser la solución a todos sus problemas económicos, complica aún más la vida de estas personas, pues el poder y la manipulación, logran destruir ese matrimonio. Al final, la propuesta logra consumarse, y ni siquiera el millón de dólares de aquel entonces, calma el vacío de la traición, no solo a la pareja, sino la decepción hacia sí mismos.
Diecinueve años después, un hecho sin precedentes, insólito, y abusivo, protagonizado nada más ni nada menos, que por el congreso de Colombia, al aprobar y conciliar el Acto Legislativo de la Reforma a la Justicia, sin la anuencia del Ministro de Justicia: Juan Carlos Esguerra, y mucho menos con la del Presidente Juan Manuel Santos, a puertas cerradas y a sus espaldas, me recuerdan aquella trama compleja e inmoral, de la película “una propuesta indecente“.
Ayer mientras veía, las emocionantes pruebas del “Desafío: El fin del mundo“ de Caracol Televisión, me sorprendió el intempestivo corte de la emisión, para dar paso a la alocución presidencial de Juan Manuel Santos. Observaba detenidamente, como su cara cambiaba de tonalidades, cuando empezó hablar de forma contundente y firme, sobre su inconformidad e indignación, frente a la aprobación de la Reforma a la Justicia, debido a los “micos“ y “gabelas``, introducidas minutos antes del beneplácito a la norma, para beneficio de los congresistas.
Escuchaba con gran admiración y satisfacción, la intervención de nuestro presidente, quien me recordó los discursos televisivos del ex presidente: Carlos Lleras Restrepo, quien junto con su voz pausada y mano firme, nos hizo sentir, que el país tenía en esa época autoridad, pantalones, y liderazgo. Además, mi mente asociaba el fondo moral de la película, en donde una posible solución bien intencionada, poco a poco fue encerrando a sus protagonistas, en un caos emocional, afectando de forma dramática y definitiva sus vidas. Bajo estas mismas circunstancias siento al país, la intencionalidad del gobierno actual, no era otra, si no la de agilizar y volver eficiente la justicia, hacia las demandas e investigaciones de la población colombiana, la cual terminó siendo, una acción manipulada y calculada maquiavélicamente, por algunos congresistas precisamente, para que “no hubiera nada que hacer“ una vez aprobada esta reforma, transformandola de una ley justa y eficiente en la “ley del embudo“: donde lo ancho sería para ellos y lo angosto para la ciudadanía.
El presidente comunicó a la opinión pública, que de entrar en vigencia esta medida, se presentaría un colapso en la justicia colombiana, de inmensas e inimaginables proporciones. Obrando con conciencia, se vio en el deber, de impedir que esta reforma prosperara, asumiendo la responsabilidad política de esta decisión, tomada por primera vez, por un mandatario en la historia de Colombia.
Los ilustres congresistas, no contaban con la fuerza y el clamor del pueblo, que por fin se hacía sentir al rechazar más “propuestas indecentes“. Esta misma actitud fue adoptada por los medio de comunicación, abanderados por la cadena radial de Caracol, y sus dos emisoras: Caracol Radio dirigida por: Darío Arizmendi junto con su mesa de trabajo conformada por: Gustavo Gómez, Erika Fontalvo y Diana Calderón, al igual que la W Radio de Julio Sánchez Cristo, Alberto Casas, Camila Zuluaga, y su equipo de investigación, que de una manera objetiva, profesional y especialmente ética, abrieron el debate para protestar sobre este escandaloso y caótico tema, llamando a un referendo nacional, en contra de la aprobación a la nueva reforma a la justicia.
La reacción, no se hizo esperar, y en pocas horas el presidente Juan Manuel Santos, junto con su gabinete y asesores, se dedicaron a analizar las repercusiones dramáticas entorno a estos hechos que conmocionan al país, tras su regreso de la Cumbre Ambiental: Rio+20 en Brasil, comunicó a los colombianos su histórica decisión, de devolver la Reforma a la Justicia al Congreso.
Con todas estas inquietudes rondando mi cabeza, no me quedó más remedio, que buscar esta película en Internet, afortunadamente la encontré. Por más de dos horas, gocé su proyección en mi computador. Me di cuenta que la magia del cine clásico, consiste en percibir de manera diferente cada vez que miramos estas cintas, encontrando detalles, situaciones y diálogos, que antes no entendíamos.
La explicación de este fenómeno, es que año tras año, la vida va madurando al ser humano, a través de golpes, aciertos y decepciones, forjando un criterio sólido frente a lo que pasa en nuestra existencia. Hoy percibí, al país con otros ojos: los colombianos ya no somos niños ingenuos, y podemos decir junto con el presidente Santos un: “si “ o un “no“, en defensa de nuestros derechos, desde la certeza que ya somos adultos, con la capacidad, así sea mínima, de no seguir repitiendo los errores del pasado, como diría Albert Einstein: “La locura consiste en hacer lo mismo una y otra vez, esperando obtener diferentes resultados“.
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