Una inquietante predicción

Por: Armando Martí 


Ante los muchos requerimientos y mensajes de los seguidores de mi blog Objetivo: Revelar que me piden predicciones personales basadas en los aciertos sistemáticos de las que se han cumplido, quiero aclararles que usualmente no las realizo salvo a contadas excepciones sin ánimo lucrativo alguno, ya que mi verdadera profesión es la de terapeuta y periodista. Las que he publicado para el país son únicamente para fines investigativos, humanísticos, de reflexión y debate.



Estos pronósticos no son una adivinación ni mucho menos se realizan a través de tendencias esotéricas, mágicas o religiosas. Por el contrario, son el resultado de visualizaciones prospectivas que contienen datos futurables (futuro deseable) y futuribles (futuro posible) obtenidos por medio de mi software Trascendenz/Q que es una fusión entre la informática y la intuición, y el cual me ayuda a generar frecuencias cerebrales de relajación y meditación alcanzando un estado óptimo de recepción, en donde no se está ni completamente dormido ni completamente despierto. De esta manera logro ``abrir`` una puerta ``cuántica/multidimensional``, donde al entrar en ella puedo ver como en una película las escenas de los hechos que pueden suceder, en algunas ocasiones borrosas y en otras muy claras llenas de color.

Lo que observo no siempre se cumple, pues no pretendo ser el dueño de la verdad y mucho menos querer controlar la infinita cantidad de vectores que nos depara el futuro. La motivación más grande de esta experimentación, es lograr entender el funcionamiento de nuestras facultades mentales y espirituales, que reposan en el interior de cada uno de nosotros para el beneficio de la humanidad. Por esta razón, un auténtico mentalista y visualizador prospectivo, debe tener un entrenamiento psicológico basado en el uso de una voluntad firme para alcanzar las metas y los objetivos en la vida. Así como también, forjarse en la disciplina física, la meditación y el equilibrio junto con una actitud madura, humilde, compasiva, desapegada y sobria, con la intención predominante de ayudar a los problemas del mundo.

Mi posición ante las predicciones es totalmente objetiva y apolítica. Hace año y medio publiqué la de la reelección del presidente Santos y hace seis meses en la Revista Dinero le expresé al periodista Jorge González: `` El presidente Juan Manuel Santos tendrá una difícil victoria, llevándolo a una segunda vuelta. Las presiones y la oposición política, junto con la ansiedad de cristalizar el deseo de la paz en Colombia podrían poner en riesgo su salud integral (físico – mental). Así mismo, el mal manejo de los problemas agrarios y mineros en Colombia, al igual que la ambigüedad en la actuación contra el fallo de la Haya y la crisis en el sector salud, serán algunos de los temas que enfrentará en los debates y lo llevarán a subir el porcentaje del voto en blanco de los colombianos.`` 

Al ver la actuación de los actuales candidatos presidenciales impregnada de soberbia, sed de poder, agresión y vanidad junto con una de las estrategias de campaña política más sombría, falaz y manipuladora de la historia del país, siento que mi decepción es grande ante un panorama tan limitado para los colombianos, como lo es el movimiento de la ultra derecha y por otro lado el de la izquierda socialista. Esto a hecho que mi desinterés y apatía por un ganador específico haya aumentado e independientemente de que la predicción se cumpla o no, es imposible negar esta triste realidad política, pues no me siento seguro con ninguno de ellos. Lo ideal sería gobernar abriendo espacios para la democracia sin polarizar a la nación como actualmente sucede, pues con cualquiera de los candidatos que gane, la ciudadanía seguirá expresándose con muchas protestas sociales, paros, marchas y bloqueos, proyectando su inconformidad de fondo. 



Por eso quiero proponer un alto en el camino, una profunda reflexión y cuestionamiento interior para abrir nuestra conciencia empezando a rehabilitarnos a través de la ``experiencia espiritual`` y soñando quizás con un tercer partido de ``oposición`` que contrarreste tanta debilidad en los valores y el sentido de vida de los colombianos. Esto en ningún momento lo alcanzaríamos solos, debido a que se necesita el apoyo masivo ciudadano para sanar este planeta reinventando una nueva forma de pensar, poniéndose en contacto con la energía interior para que la transformación se dé. 

Cada uno con su trabajo personal, de abogado, ingeniero, periodista, escritor, terapeuta, médico o de cualquier otro oficio puede aportar ``quantums`` de energía bien intencionada para equilibrar la tierra, pues cada pensamiento que emanamos por increíble que parezca influye en las mentes de todos los habitantes del mundo. Si pudiéramos unirnos en una corriente de dimensiones globales basados en una verdadera paz espiritual, se podría rehabilitar los sistemas políticos y sociales, no solo mejorando sino también cambiando y superando los existentes en la actualidad, más allá de la explotación de lo colectivo (socialismo) o de lo colectivo a expensas de lo individual (capitalismo). 

Recordemos que cuando las personas dedican su voluntad a conseguir dinero, prestigio social o poder político, sus frecuencias de onda evolutiva disminuyen y es cuando aparecen los bloqueos energéticos causando la enfermedad emocional y espiritual. Debemos pensar verdaderamente en el bien común, pero dejando a un lado los sistemas que nos digan cómo hay que actuar, desapegarnos del control que representan las religiones y las imposiciones de los gobiernos, aportando una nueva energía liberadora. 

Todos tenemos derecho a desarrollar nuestro crecimiento personal y absolutamente nadie debería interferir en esa acción transformadora. Estamos diseñados dentro de un proceso de capacidad de auto-trascendencia y mejoramiento físico y psicológico. Cuando no ejecutamos ese programa, aparece en nuestra vida la crisis y a través de ella podemos reconocer nuestros errores y corregirlos, pues la herramienta más poderosa es la energía del amor, cuya esencia es Dios, un creador que no necesita que nos sintamos identificados con dogmas religiosos, supersticiones, rituales mágicos, represión o castigo. 

La superación de nuestros problemas, no depende entonces de una sola persona representada por el más poderoso gobernante o por ejércitos, grupos armados e imperio económico alguno. Ciertamente la solución proviene de todos y cada uno de nosotros, quienes deberíamos conocer, ejercitar y proyectar la energía bio-psico-social, poniendo en cada acción de nuestra vida la buena intención y el dominio de sí mismo para realizar actos de amor y compasión, que logren erradicar de los corazones el miedo y la culpa causantes del estancamiento colectivo, la involución personal, el dolor y la muerte. 

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