Cuando
las cosas son claras son doblemente mejor. La
primera acción consciente que debemos tener presente todos los días es la
gratitud, acompañado de un corazón humilde que sin mayores expectativas puede
entregar la vida al cuidado de Dios, esa fuerza amorosa que siempre tendrá
mejores planes para nosotros. Por eso, la oración y la meditación son instrumentos que
nos regresan al centro espiritual, en donde a pesar de cualquier prueba,
crisis, señalamiento o ataque exterior, contamos con la paciencia y sobriedad
necesarias para salir adelante.
Ahorrar
vibraciones energéticas armónicas y positivas es una de las mejores inversiones de la
existencia. Para permanecer serenos en nuestro "Viaje Interior ", es importante tomar conciencia y
reforzar a nivel físico la necesidad de estar presentes instante por instante,
viviendo en el aquí y en el ahora sin la preocupación del futuro, es decir,
enfocados en una sola cosa a vez según las prioridades de cada día. Así mismo,
en el área emocional debemos tener en cuenta que sin alegría y pasión, es
imposible conseguir los objetivos más simples que nos propongamos. Recuerda que
el mayor pecado es no ser feliz; y el segundo, no querer o no poder expresar
nuestros sentimientos de amor.
Por
otra parte, en el ámbito mental, es fundamental tener claro la visión de quién eres,
lo qué quieres y cómo utilizar tu inteligencia para conseguir todas las metas y
objetivos. Finalmente, en la parte espiritual tenemos la responsabilidad de
afianzar nuestra esencia, erradicando el
ego, la necesidad de poder y control sobre los semejantes. El servicio es una
manera de encontrar el propósito sagrado, la clave es buscar el progreso y no
la perfección, para llenar el vacío existencial y renacer a nueva versión de sí
mismos.
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