Konciencia: Codependencia, cuando el dolor supera el amor


 



Cortesía Sammy Williams

 

 

 

Por: Armando Martí



Podemos identificar la codependencia como un trastorno psicológico que se refleja en una excesiva preocupación por resolver los problemas del otro y estar pendiente de la aprobación de los demás. Incluso, lo que es peor, a las expectativas de los cambios de humor o ánimo de su pareja complaciéndola en todo con tal de no perder su “amor”, pues sin ella no sobreviviría. 

 

 

Generalmente, el codependiente proviene de un núcleo familiar en el cual cumplía el papel de satisfacer los deseos y expectativas de los padres a nivel afectivo y laboral. 

 

 

De igual manera, se podía presentar un ambiente donde había una falencia de atención y amor por las necesidades de esa persona, lo que la obligaba a buscar continuamente ser el centro de atención para encontrar la tan anhelada aprobación de las figuras de poder.

 

 

En el fondo, los codependientes pretenden enfocarse en resolver los problemas de los demás para no resolver los propios. Por consiguiente, asumen un rol de superhéroes con el fin de salvar a aquellos que tienen dificultades o falencias. 

 

 

Es por eso, que sus vínculos afectivos se refuerzan con quienes atraviesan un mal momento para acudir a rescatarlos y volverse indispensables en sus vidas.

 

Su objetivo central, es controlar a los demás y cuando no lo logran, experimentan una gran frustración que les genera ira, ansiedad y depresión.

 

 

Esta alteración en la personalidad, es producto de una infancia donde la persona codependiente fue expuesta a algún tipo de abuso físico, verbal o por el dolor del abandono de uno de sus padres. De ahí, la paradoja de intentar salvar al otro sin confrontar y sanar sus propias heridas de infancia. 

 

 

La mayoría de los codependientes niegan o justifican su dependencia emocional, porque paulatinamente fueron perdiendo la conexión con sus emociones y necesidades básicas, dedicándose exclusivamente al otro. Es decir, centran sus vidas, objetivos y metas, en una persona y no en ellos mismos como resultado de una baja autoestima. 

 

 

El codependiente carece de una identidad propia. No sabe quién es y qué desea lograr, ya que ha invertido toda su energía vital en mantener una imagen casi perfecta, pues como se sienten poco merecedores de afecto, es casi una costumbre estar y sentirse mal.

 

 

Es de anotar, que las personas afectadas por la codependencia no necesariamente tienen malas intenciones con los demás. En realidad, lo que ocurre, es que su mente esta confundida por el desborde emocional y esta situación les impide tomar decisiones sobrias. 

 

 

Sin duda, esta dificultad para identificar emociones y sentimientos llamada alexitimia, les hace creer algunas veces que actúan desde la orilla del amor, el respeto y la preocupación por el otro, pero sus móviles pueden llegar a ser egoístas y manipuladores condicionando sus relaciones afectivas a predicados tales como:

 

 

- “Tus problemas afectan mi serenidad. Yo concentro mi atención en resolver tus conflictos y aliviar tu dolor.”

 

- “Mis sentimientos se sostienen si soy como tú quieres que sea y recibo tu aprobación.”

 

- “Yo concentro mi atención en complacerte, protegerte o manipularte para que hagas lo que yo quiero que hagas.”

 

“Yo elevo mi autoestima resolviendo tus problemas y aliviándote cuando lo necesitas.”

 

“Me cuesta tener presente lo que yo quiero. Sin embargo, me pregunto constantemente qué es lo que tu quieres.”

 

- “El miedo que tengo a tu enojo y tu rechazo determinan lo que hago o digo.”

 

   

Señales para identificar la codependencia

 



Cortesía Eric Ward

 

Ahora bien, si usted se identifica con más de tres de estas señales, el mejor camino es dejar de negar la codependencia y buscar ayuda profesional:

 

- Destinar la mayoría del tiempo en complacer a los demás.

 

- Pensar constantemente en la opinión de los otros al momento de tomar decisiones.

 

- Incapacidad para decir NO o rechazar alguna propuesta.

 

- Incapacidad para reconocer los errores y las fortalezas.

 

- Ceder ante los deseos de los demás sin objeción alguna.

 

- Temor al rechazo y al escarnio público.

 

- Visualizar sueños y metas siempre junto a alguien.

 

- Depresión y ansiedad respecto a expectativas externas.

 

- Perfeccionismo para ejercer control.

 

- Evitar manifestar sentimientos y pensamientos.

 

- Influir por todos los medios en la forma de pensar y en las decisiones de los demás, intentando cambiar la personalidad de algunos seres cercanos.

 

- Pensar constantemente que son víctimas.

 

- Sentir incapacidad para terminar una relación de pareja tóxica.

 

- Obsesionarse fácilmente con algún tema, aunque en el fondo no sea de total interés.

 


 

¿Cómo se puede tratar la codependencia?

 



Cortesía Jakob Owens

 

Esta enfermedad psicoemocional es progresiva, genera hábitos adictivos y termina por afectar al entorno familiar. De allí la importancia de buscar un espacio seguro, cálido y de confianza como el consultorio de un psicólogo, un terapeuta o integrarse a grupos de apoyo y al programa de los 12 pasos. 

 

 

De esta manera, es posible empezar a reconocer y tomar conciencia de aquella situación traumática en la infancia o adolescencia, la cual dio lugar a una herida emocional que no ha sido sanada, vivir el duelo, aceptar las circunstancias de la vida, perdonar a los involucrados y perdonarse a sí mismo. 

 

 

En consecuencia, la persona se enfoca en las herramientas necesarias para desaprender lo aprendido y reaprender conductas sanas de amor propio, límites y comunicación asertiva.

 

 

Finalmente, cada ser humano tiene la responsabilidad de vivir de una manera armoniosa y plena. Por tanto, la tendencia a sufrir y buscar problemas son los mecanismos inconscientes de aquellas personas que no se conocen a sí mismas y han perdido el sendero hacia encontrar su verdadera esencia.

 

 

Sobrellevar el miedo a estar solo y a vivir consigo mismo, no es fácil y mucho menos para un codependiente. Pero, es uno de los caminos para la recuperación, autonomía y satisfacción personal con espacios de conocimiento interior a fin de practicar una espiritualidad renovadora y auténtica. 

 

 

De este modo, al fin será posible aprender a soltar el control sobre los demás y recuperar la salud física, mental y emocional por medio de un Poder Espiritual y Superior a nosotros mismos.

 

 

https://www.youtube.com/watch?v=A7_JvF18Aqo

 


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